El debate sobre otra ilusión

El debate sobre otra ilusión

Se inicia el nuevo año calendario y con el mismo se inicia el calendario político dominicano. Del pasado año queda un tema de discusión: el planteado diálogo de las “fuerzas vivas” de la nación que anunciara el Presidente de la República en su discurso al país en el pasado mes de diciembre.

Siempre he dicho que toda sociedad tiene que fundarse sobre la base de diálogos y grandes acuerdos nacionales. Sin embargo, para que se cumpla un acuerdo entre los actores determinantes de cualquier nación se requiere un contexto político institucional que lo haga posible y sostenible, una cultura política que haga viable, pluralismo y una voluntad real escuchar y respetar las opiniones de los participantes de parte del o de los convocantes.

En el caso que nos ocupa, es bueno que se plantee que todos debemos contribuir a que el país enfrente de manera exitosa los impactos que sobre él se ciernen debido a la presente crisis económica y financiera mundial. Pero los resultados de un diálogo convocado para tal fin serán totalmente insuficientes si no vamos al fondo de los reales problemas del país.

Para esto necesitamos una metodología para un proceso de acuerdo nacional, que contemple el cumplimiento de las Leyes: de la Función Pública, de Pensiones y Jubilaciones,  de Electricidad, que penaliza el robo de electricidad,  del Defensor del Pueblo, de Compras, contrataciones , bienes y servicios del Estado, del Presupuesto, de Educación, la que asigna el 10% de la recaudación fiscal  a los  ayuntamientos, la Ley de Libre Acceso a la Información Pública, de Seguridad Social, las reformas en el ordenamiento territorial, del sistema de transporte, de los cuerpos castrenses y policial, la independencia del Poder Judicial, los plazos para la campaña electoral, del financiamiento a los partidos, las primarias de éstos, la crisis económica mundial, etc..

Ello requiere, entre otras acciones, foros de debates en los niveles municipales, provinciales, regionales y nacionales, al interior de los partidos y promovidos por quienes dentro de éstos quieran realmente que este país se institucionalice, en las organizaciones y centros para la acción comunitaria, en los Concejos Municipales, en las universidades, en las calles y en todos los espacios del país.

Alrededor de estos puntos es que se debe crear una agenda de debate nacional, pues éstos conciernen realmente a todos sectores de la sociedad dominicana y por lo tanto lo convocan, por lo cual si queremos enfrentar realmente la presente crisis, que por demás no es estructural sino coyuntural, más en que un diálogo puntual debemos utilizar nuestras energías en crear espacios de reflexiones y acciones claramente orientadas por la política para enfrentar nuestros reales problemas y  los hechos que como los ocurridos al final del recién pasado año, evidencian que como sociedad retrocedemos en términos de institucionalidad democrática.

En una situación como la que vivimos, un simple debate puntual o diálogo no revierten esta tendencia, pensarlo y asumir de esa manera sería simplemente otra ilusión, otro acto fallido como país.

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