El Observatorio Político Dominicano de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, Funglode, cuyo presidente es el doctor Leonel Fernández, acaba de presentar a la luz pública el informe del 2005 al 2012 sobre algunos indicadores de salud cuyos resultados son bastantes negativos.
Los accidentes de vehículos son la primera causa de muerte en el país: un promedio de cinco muertes al día. Entre el 2005 y 2012, 13,869 personas han fallecido por accidentes de tránsito, sin contar con los miles que quedan vivos pero con alguna lesión permanente. Estos últimos, la mayoría en edades productivas, terminan encamados y gastando cuantiosos recursos en prótesis y atenciones médicas. De acuerdo al referido informe, estos accidentes le cuesta al país el 2.5% del PIB lo que significa más del doble de lo que se invierte en salud en sentido general.
No cabe duda de que en el país existe una cultura de violación a las normas de tránsito. Algo objetivo, real pues la mayoría de los conductores no acatan las leyes de tránsito. Así, vemos vehículos transitar en vía contraria en las calles de esta capital; estacionarse en zonas prohibidas; utilizar en las carreteras los paseos en dirección inversa; cegar a los conductores que van en la dirección correcta en horas de la noche. Y lo más importante por el número de accidentados, los motoristas se desplazan temerariamente sin casco protector, sin luces traseras ni espejos retrovisores.
Estas cifras son lo suficientemente alarmantes para que el Gobierno central intervenga de manera decidida, pero sin abusos, a fin de poner orden en este caos ocasionador de tantas tragedias. Sobre todo ahora que no se contempla la reelección presidencial y, por consecuencia, no se requieren actitudes de tipo populistas.
El estudio de referencia es muy pormenorizado para que las autoridades correspondientes tomen las medidas en cada una de las violaciones y castiguen a los infractores. Esto, además de reducir el gasto por accidentes, aumenta las recaudaciones por concepto de multas como única manera de hacer cumplir las leyes de tránsito.
Otro tema. El coordinador residente de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD- exhortó al país a reducir la mortalidad materna, – y por ende la infantil-, cuya tasa es de 106 muertes por 100,000 nacimientos vivos, lo cual debe ser motivo de preocupación.
Los profesionales de la salud, sobre todo los que están involucrados en las embarazadas, parturientas y recién nacidos, saben muy bien lo que hay que hacer, pero están conscientes también de que para llevar a cabo esta tarea se necesita de una voluntad política. Por eso entendemos que, al tiempo que se establezcan políticas de atención a la mujer embarazada, reparación de los centros que les dan servicio con procedimientos uniformes y supervisados por el Ministerio de Salud Pública, se deberá entrenar a todo el personal que interviene en los embarazos, partos y recibimiento de niños y dotar esos centros con instalaciones adecuadas para los recién nacidos normales como los que necesitan cuidados intensivos e intermedios. Más aún, se precisará suplir a las madres de los nutrientes, incluyendo las vitaminas para evitar las malformaciones del tubo neural.
Esperamos que en algún momento el presidente Medina se refiera al compromiso ineludible de aumentar el presupuesto a la salud y corregir los accidentes de tránsito.