El déficit externo sí debe preocupar

El déficit externo sí debe preocupar

A las autoridades monetarias no les preocupa el déficit externo, al menos fue lo que dijeron, porque en gran parte fue financiado con entrada de capitales en forma de inversión extranjera. Lo que debe preocuparle es la manera como se ha financiado la diferencia. Si bien es cierto que en el periodo 2005-2011, la inversión extranjera acumulada ascendió a US$12,835.9 millones, en promedio financiando el 66.8% del déficit acumulado en la cuenta corriente de US$19,211 millones, el 24.5% o el monto de US$4,857.9 millones, fue endeudamiento público neto de corto y largo plazos y el 8.7% proveniente de inversión en cartera que por definición es muy volátil.

En lo que se refiere a la inversión extranjera acumulada, el grueso correspondió a la Barrick, un proyecto minero que con otro nombre nace en el gobierno de Hipólito Mejía 2000-2004.

Es decir, la inversión no fue una cartera diversificada para adquirir activos dominicanos de parte de extranjeros que decidieron instalarse en el país, aprovechando una política de apertura a los capitales productivos como debió ser.

El financiamiento artificial del déficit externo, deuda pública neta e inversión en cartera, que explican el aumento de las reservas del Banco Central, debe ser un tema de preocupación para las autoridades monetarias, en vez del afán de publicar estadísticas que no convencen. Más productivo hubiese sido discutir públicamente las razones por las que los resultados se alejaron del programa monetario que se dieron al comienzo de año, comenzando con la brecha del producto que se amplió en lugar de reducirse y terminando con el exceso de inflación respecto a lo que plantea la meta, porque son los verdaderos causantes del aumento que se observa en la tasa de cambio y el interés bancario.

Llegará la época en que nuestras autoridades dejarán de gastar recursos para autodefenderse y en cambio asumir un rol público parecido al europeo, que evalúan los resultados de la política reconociendo errores y planteando correcciones para la siguiente programación monetaria. Porque en mucho aumentaría la credibilidad, lo que es esencial para la efectividad de la meta de inflación, reconociendo que el déficit del presupuesto por US$10,390 millones en el periodo 2005-2011, fue la principal causa del desahorro externo y desplome del ahorro interno, al tiempo de repetir que el crecimiento que necesitamos es el que se apoya en el aumento de las exportaciones y sustitución de importaciones de bienes en lugar del consumo.

Abandonar la autodefensa conllevaría reconocer que el desempeño del 2011 no fue bueno como intentan vender. Aunque las exportaciones crecieron, el aumento de 12.8% de las importaciones, superior a la expansión promedio de 10.8% periodo 2005-2010, fue determinante para que el déficit en la cuenta corriente en  2011 llegara a US$4,500 millones.

Que la inversión extranjera directa, estimada en US$2,300 millones, solo financiara 51% del déficit externo, muy por debajo del promedio de 66.8% de los años 2005-2010. Que como se redujeron los préstamos oficiales, por el incumplimiento del acuerdo “stand by” con el FMI, la balanza de pagos cerró con un déficit de US$260 millones. Reconocer públicamente que los déficits explican la inestabilidad observada en los precios macroeconómicos.

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