El Deli Suisse

El Deli Suisse

POR OLGA SANTOS-ÁLVAREZ
Arrinconado frente al mar, en Guayacanes, tenemos un lugar típico, sin frunfrun, donde simplemente se come bien y hay la mejor selección de vinos del país. Me refiero al Deli Suisse.  Si no conoce el lugar es normal, no hay letrero afuera, pero simplemente preguntándole a alguien en Guayacanes le indican con una sonrisa cómo llegar.

Es que los habitantes allí se benefician del Deli ya que le llevan pescado fresco, a veces tres veces al día.

El dueño, Walter Kleinert, es un chef entrenado en Suiza. Entre muchos lugares, trabajó en la prestigiosa Escuela de Hotelería de la Universidad de Cornell de EE UU y con esa institución fue a Jamaica y a Santo Domingo. Un día le dijo a su futura esposa: “Enséñame Santo Domingo.”

Años más tarde, en septiembre de 1995, abrió el Deli. Escogió el nombre Deli por su deseo de ser simple y no complicarse la vida, incluso no hay carta ni menú.

Walter prefiere que su carta sea hablada pues es más fácil según lo que llega cada día, consecuentemente sus productos son súper frescos. Prefiere conseguir casi todos los productos que necesita de los alrededores. Lo que más cocina son pescados (dorados), después mariscos y steaks (TENDER LOIN). Entre lo básico que suele tener listo, esta un paté de pescado y un coctel de pulpo. Se levanta a las seis todos los días a hacer su pan.

15 países y 100 regiones

Solamente hay carta para los vinos, allí el amante de la bebida de Baco comienza a gozar solamente leyendo el volumen de vinos. En total hay una selección de 550 caldos diferentes, representando a 15 países y 100 regiones. De España encontrará 16 regiones vitivinícolas ; dos páginas de Riojas y dos de Ribera del Duero.

Del país de la diversidad vitivinícola, Francia, su carta nos brinda 34 regiones. Admite que no es cosa común, razón por la cual ha sido premiado por la revista norteamericana The Wine Spectator.

Los precios son los de un conocedor que ama el vino y no de los loquitos interesados en devenir ricos en un mes. Aquí hay relación precio calidad.

 A la pregunta: “¿Cuál es su botella mas antigua?” fue y buscó un Magnum aún en su caja de madera de Vega Sicilia, 1970.

En fin, después de un Albarino fermentado en barrica que estuvo perfecto con unos langostinos cocidos a la perfección, esto se comenta. Walter, siempre modesto responde: “¡Es que están muy frescos… esos langostinos son del país!” ¡Sante!

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