Me invitaron a una actividad con motivo al Día de los Clubes y Ligas, y no se mencionó que iría el presidente de la República, Luis Abinader.
Cuando llegó Abinader, fue toda una sorpresa agradable para los presentes.
Punto para el ministro de Deportes, Kelvin Cruz, quien demostró tener poder de convocatoria.
Allí el presidente dio noticias muy buenas para los clubes.
Pero una vez más observé algo interesante:
¡El Deporte relaja a los presidentes!
¿En qué sentido?
Un presidente está lleno de presiones de múltiples índoles, pero cuando llega a un escenario deportivo, se desconecta.
Ví a Abinader tranquilo, relajado, sonriendo, le pedí una foto y hasta me recordó que es Aguilucho, y yo le dije y yo Liceísta, pero nada personal, somos amigos.
Y el presidente bromeó, “Claro somos amigos”.
Pero escenarios similares los viví con Joaquín Balaguer, Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina.
Cuando los mandatarios entran a un espacio deportivo, eso los alegra, los relaja, y esa es una de las grandes virtudes del deporte.
Gracias presidente por su fino trato hacia mi persona.