El derecho a decir no… el deber a decir sí

El derecho a decir no… el deber a decir sí

Pedro René Almonte Mejía

Luego de poco más de un año, es mucho lo que todos hemos vivido; es demasiado lo que cambiaron nuestras vidas tal y como las conocíamos. Nosotros, los dominicanos de esta época, los que no habíamos vivido en tiempos de guerra, ya sabemos lo que significa: vivir aislado, tener temor de que un ser humano cercano o no, te ponga una bomba o te dispare a quemarropa (te infecte de la Covid-19), presenciar la muerte de algún ser querido, ver como enferma gente joven, gente vieja, gente rica, gente pobre. Desde los más quisquillosos en los residenciales de alta gama, hasta los dueños de las esquinas en los barrios; a todos sin excepción podría tocarle su “bombazo”; unos salen a buscar la muerte, otros la encuentran por casualidad en el abrazo de un  amigo o familiar asintomático.

Del mismo modo, la humanidad de hoy y en particular los dominicanos, hemos visto  tantas cosas, que ni siquiera lo hubiésemos soñado en alguna pesadilla ocasional, de esas que hasta los que nunca se sueñan, tienen alguna vez. Lo que más me llama la atención de todo esto, es la cantidad inconmensurable de gente “experta” en coronavirus que no es ni médico, ni científico y nunca ha cogido un libro sobre la evolución de las pestes a lo largo de la humanidad o un simple tratado de introducción a la neumología. Esos “sabelotodo” que teorizan de una manera tal, que hasta son capaces de convencer con una retórica que ni el mayor encantador de serpientes los iguala. Esos “científicos” de ocasión que no pierden la mínima oportunidad para despotricar contra, hasta el día de hoy la única opción que la ciencia nos otorga para ir abriendo paso sobre el camino angosto y escabroso que nos ha dejado el Coronavirus.

Ciertamente, en mi caso particular defiendo el derecho de todo ciudadano que no quiera vacunarse a decir no. No estoy de acuerdo con que se obligue o se reprima a un ciudadano que no quiera inocularse; pero con la misma fuerza que defiendo su derecho a decir no, le reitero su deber de mantenerse sano, mantener sana a su familia, a su comunidad, a su país.

El derecho a decir no… el deber a decir sí

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