Yo tengo derecho a pensar y decir lo que quiera, pero usted tiene derecho a disentir, a no estar de acuerdo. Ambos tenemos el mismo peso en la balanza de los derechos. Lo que nos queda, al fin, es confrontar nuestras ideas, de igual a igual, de la manera más civilizada.

El derecho a disentir es tan importante y sagrado como la libertad del pensamiento. Al tema del derecho a disentir estará dedicado el seminario internacional que celebrará hoy y mañana en Guatemala la UNESCO, para conmemorar el Dia Mundial de la Libertad de Prensa. He tenido la distinción de ser invitado a esa conmemoración, en mi doble condición de presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa, y de presidente del Centro para la Libertad de Expresión en la República Dominicana.

Me corresponderá participar en un panel junto a Alfredo Séller, especialista venezolano en opinión pública; Oscar Quezada, de la Universidad de Lima; Karem Gallegos, del diario La Prensa, de Honduras; y Juan Luis Font, del diario El Periódico, de Guatemala.

Lo importante de este encuentro, a mi juicio, es que con este tipo de actividades se contribuye a divulgar la importancia de esos derechos tan fundamentales como son la libertad de prensa, la libertad de expresión, la libertad de acceder a las fuentes de información, la libertad de no estar de acuerdo, la libertad de protestar y otras prerrogativas conexas del ser humano.

Solo con una conciencia colectiva que tenga claro el concepto de libertad, y un pueblo que esté decidido a no dejarse arrebatar ni disminuir sus derechos, puede garantizarse que avanzaremos en el camino que deberá, algún dia, conducirnos a la plenitud de un Estado de Derecho.

r.molina@verizon.net.do