Henri Lefebvre Filósofo francés comenzó a trabajar el tema en 1967y con su trabajo sentó las bases para la discusión sobre el derecho a la ciudad. Lefebvre en su trabajo planteó el derecho a la ciudad como una alternativa a la enajenación y a la despolitización que el urbanismo moderno, promovido en general por los Estados, había producido en la sociedad.
Entre los principales planteamientos del trabajo de Henri podemos rescatar como parte de su preocupación p el impacto que causaba el urbanismo moderno que es implementado por el Estado y el capital, para Lefebvre el urbanismo es una estrategia que mediante la producción y racionalización del espacio, mercantiliza la vida urbana, limita la capacidad de acción de los ciudadanos y lacera la capacidad de los ciudadanos de participar en las decisiones sobre su propia ciudad, sus espacios y su crecimiento.
En el contexto local, la ciudad del gran Santo Domingo y nuestro Distrito Nacional ha crecido desproporcionalmente en los últimos 20 años, la proliferación del mall, plazas, tiendas y todo tipo de comercios, así como el crecimiento vertical de las construcciones ha matizado el paisaje del casco urbano en mayor medida en el Distrito, pero ya es notable también en las provincias de santo domingo y Santiago. A su vez la periferia de nuestras ciudades sigue creciendo entre los callejones, el amontonamiento y el hacinamiento lo cual dificulta el desarrollo humano y la calidad de nuestros ciudadanos.
¿El crecimiento urbano es malo? En un país en vías de desarrollo económico y social sería descabellado plantear que el crecimiento urbano es negativo, lo que si podemos calificar de malo es el crecimiento que no forma parte de una planeación urbana responsable, sostenible y que su eje central sean los y las ciudadanas, un crecimiento que garantice el derecho a la ciudad.
En este sentido el derecho a la ciudad implica: una ciudad que garantice el derecho a la vivienda digna, acceso a los servicios públicos a todos sus habitantes no solo a los del centro, (clase media en adelante),una ciudad con un transporte publico eficiente, cómodo, seguro y accesible para todos y todas sin importar discapacidades físicas.
El derecho a la ciudad supone que los ciudadanos puedan decidir sobre el lugar en que viven, ser consultados para todas las decisiones que afecten sus vidas y su entorno, implica un protocolo del manejo estético de los espacios públicos que responda a las necesidades y las aspiraciones de la gente.
Los ciudadanos y ciudadanas de la periferia deben tener igual derecho a la ciudad, que sus barrios sean parte de del relato de urbanidad que narre dicha ciudad, pero más aún que estos puedan acceder a la totalidad de lo público sin restricciones derivadas de la división de clases, orientación sexual, color de piel, tipo de cabello y demás estereotipos de clasificación social discriminatorios y ofensivos a la dignidad humana.
El derecho a la ciudad debe implicar un ambiente sano para una población sana.Estas coas son parte de lo que debemos plantearnos como derecho colectivo a la ciudad, es la recuperación y adecentamiento de los espacios públicos, plazas, aceras, parques y otros espacios que hemos perdido.
Una infraestructura urbana que garantice la movilidad segura de los no vidente, de los ciudadanos en sillas de ruedas. Un casco urbano libre de contaminación sónica y visual. Como ciudadanos debemos aspirar a tener un conjunto de vías en redes para ciclistas que promueva el transporte saludable y deportivo. En fin, una ciudad amigable, habitable, transitable.
Es hora de pensar nuestra ciudad, el modelo de ciudad que queremos ser.
A modo de conclusión les dejo una pregunta:
¿Queremos una ciudad de derecho o una ciudad de negocios?