El derecho a la comunicación

El derecho a la comunicación

El título de este trabajo debería ser “el derecho a la comunicación por el teléfono celular o móvil en la República Dominicana es también uno de los derechos humanos”, pero preferimos limitarnos a las 5 primeras palabras para ahora desarrollar la idea y los hechos que la inspiran.

Un señor en una yipeta recibe una llamada en su celular y se detiene a la derecha de la carretera para hablar, ejerciendo su derecho a la comunicación. Se le acercan dos individuos en una motocicleta y, pistola en mano, lo conminan a entregarles el celular, naturalmente, para ellos ejercer también su derecho a la comunicación.

El conductor de la yipeta, en un arranque de violencia contra ese derecho a la comunicación de los asaltantes, saca una pistola para impedir que éstos puedan ejercer el derecho en cuestión. Los asaltantes, en natural defensa a su derecho a la comunicación, le disparan al conductor de la yipeta que intentaba pistola en mano coartarles ese derecho. Nótese, que los asaltantes estaban también defendiendo su derecho a la vida, esto es, dos elementales derechos humanos.

Esta lucha por la defensa del derecho a la comunicación se está desarrollando a diario en carreteras y calles. Esos arrebatos de celulares que ocurren por decenas no pueden catalogarse más que como esfuerzos por el ejercicio del humano derecho a la comunicación. De manera que cuando alguien muere en el intento de ejercer ese derecho, es decir, cuando alguien que arrebata un celular de ñapa le dan un tiro, se comete una cruel violación al derecho humano que tenía el muerto, a su derecho a la comunicación, derecho por el que ofrenda su vida.

Yo creo que como va la cosa, vistos esos nobles esfuerzos de los ciudadanos que en motos tratan de ejercer su derecho a la comunicación arrebatando celulares y vidas, habrá que fundar la Organización Dominicana del Derecho a la Comunicación, para respaldar esos ingentes esfuerzos y evitar que la Policía Nacional u otros organismos del Estado intenten detener su multiplicación, aunque por suerte todavía no lo han intentado.

La comunicación por celular es un derecho de todos, aun haya que derramar sangre durante su adquisición… ¿o no?

Sepultando comida

Los terrenos que una vez fueron utilizados en San Cristóbal como parcelas de ensayo para la producción de distintos rubros alimenticios hoy están siendo sepultados por proyectos de urbanizaciones.

Estos terrenos, que fueron del proyecto CESDA (Centro de Estudios para el Desarrollo Agrícola) de la Secretaría de Agricultura, y que como tierras buenísimas al pie de los primeros cerros hacia la Cordillera Central producían cantidad de comida, hoy siguen parcelándose para ser urbanizadas, sin que se sepa con claridad todavía cómo pasaron a manos privadas.

Esta situación comenzó con un proyecto personal del antiguo secretario de agricultura Tito Hernández, y ha seguido extendiéndose sepultando buenas tierras, todo visible desde la carretera que va hacia La Toma, como para que lo vea todo el mundo, como para que se sepa que este país se jodió, irremisiblemente.

v¿Sirviendo gato en Samaná?

acLa idea de un almuerzo en el que el plato principal sea carne de gato ya no puede ser escandalosa en la República Dominicana, habida cuenta de que hay restaurantes “gourmets” (¿o “snobs”?) que están sirviendo carne de cocodrilo, de avestruz, de antílope y hasta “carne yi jol” (Carnegie Hall, como también le dicen).

Por eso, cuando vi en Samaná que ofrecían gato en un restaurante de la carretera que viene desde el este de la península, me detuve a preguntar la especialidad en que la presentaban.

Como en Samaná el inglés domina la comunicación cuando se habla con personas de mucha edad me fue un poco enredado entenderme con la señora al preguntarle sobre la carne de gato que ofrecían.

¿Cómo sirven el gato aquí, señora? , pregunté. ¿Gató, mister? , me preguntó a su vez la señora. Yo, como vi que la cosa iba en inglés, le hablé también en inglés; Yo querer gato, ¿tu cocinar mucho bueno gato? . La señora al parecer no entendía bien mi inglés, e intentaba aclararse: You mean gató, ¿right? . Para que ella pudiera entender mi inglés le hablé más despacio: Yo teneerr innterress verr coociinaarr di cat . La señora frunció el seño y me dijo; ¿Cat, you are talking about cat, what cat? . Como ya nos íbamos entendiendo terminé de explicarle; Yes, miau, miau, parra comerrr .

La señora como que se desesperó y fue a buscar a un señor que me pareció su hijo. ¿Qué desea? , me preguntó. Ah, yo quería saber cómo sirven el gato aquí , le dije. ¿Qué gato? , se extrañó el hombre. El que dicen que venden en el letrero ahí afuera , le dije. El tipo medio molesto me contestó, Que gato’el carajo, es gató que se vende aquí, gató, gató …

Luego supe que gató era un tipo de pudín francés que hacen en Samaná, pero no tenían ese día… será otra vez.

A rogar todo el mundo

Como ya las alternativas “lógicas” parecen haberse acabado, no quedan más salidas que las rogativas de carretera, aquellas en las que distintas cofradías salen a pedirle a Dios y a todos sus santos su intercesión en determinadas situaciones.

He aquí algunas alternativas de religiosa tradición a las que podemos sumarnos para salir por las carreteras pidiéndole al santo que mejor oído tenga a ver si nos ayuda con este guazabaral en que nos hemos metido.

La Cofradía del Espíritu Santo, que se celebra por las carreteras y caminos de Villa Mella. Abierta a la participación usted se puede pegar detrás e ir marcando el paso de los congos mientras pide al Altísimo o al santo de su devoción sea por los pasajes del transporte público o por la rebaja de los plátanos.

Las Novenas a San Miguel, preferiblemente en Sabana Yegua. Allí usted puede pasarse la noche y la madrugada tirando el pie mientras pide por la rebaja de la carne de pollo u otra de su preferencia. No pida por todas las carnes, que dado los precios no es cualquier santo que puede con tanto. Pida solo por una.

La romería a la Virgen de Regla, en Baní. Allá usted se puede sumar y pedir empleo, algún trabajo que le pueda mantener a usted y sus hijos.

Hay santos para todas las peticiones, no trate de cargarles demasiado, mejor si nos organizamos para pedirles adecuada y equilibradamente. Ah, no pidan por la luz eléctrica, que con ese problema no puede ni Dios mismo.

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