El derecho internacional pervertido

El derecho internacional pervertido

MELVIN MAÑON
Antes de que el señor Bush termine la presidencia que acaba de iniciar -si es que la termina- habremos visto muchas barbaridades cometerse. Pero no creamos jamás que esa administración no aprende de sus errores. La crisis entre Venezuela y Colombia es buen ejemplo de los planes de ese equipo pero también de su proceso de aprendizaje.

Una figura de las FARC (FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA) una organización guerrillera con más de 40 años de vida es secuestrada en suelo venezolano por un comando armado, equipado y dirigido por el gobierno de Colombia que le lleva de regreso a ese país.

Una evidente y flagrante violación de la soberanía de Venezuela. El gobierno venezolano denuncia el hecho y exige disculpas.

La respuesta colombiana inicial es evasiva, alude a la presencia de terroristas colombianos en suelo venezolano, deja abierto el diálogo por formalidad y trata de escurrirse el bulto dejando la situación como un hecho consumado. Cuatro ex presidentes de Colombia aparecen en televisión respaldando el accionar del gobierno de Alvaro Uribe; llaman al diálogo y la mediación pero sin mayores consecuencias. Los EEUU emiten dos declaraciones claramente intervencionistas en contra de Chávez.

Curiosamente: Colombia no negó haber violado la soberanía de Venezuela.

Ni lo hizo EEUU. Ambos pretendieron que el hecho quedara justificado por la naturaleza supuestamente terrorista de la persona secuestrada.

El diferendo escala.

El Presidente Chávez reitera la exigencia de las excusas que debe dar el gobierno de Colombia, insiste en el diálogo a posteriori de las excusas y denuncia abiertamente el secuestro y el manejo de la situación como maniobras gestadas y manipuladas por Washington.

Colombia insistió en la misma ambigüedad. No hay excusas ni seña de que vayan a darlas. Otros países se ofrecen de mediadores para buscar una solución. Los primeros titulares hablan de «tensión» y empieza a alimentarse la guerra de palabras entre los dos países.

Entonces advertimos la destreza de Chávez en el manejo de la situación.

De repente mientras acrecienta la fuerza de la denuncia contra el papel de Estados Unidos, enemigo declarado de su gobierno, Chávez lanza varias exhortaciones a su «hermano» el Presidente y pueblo colombianos. Una y otra vez Chávez alerta a su vecino para que no se deje usar como instrumento, para que no se haga cómplice. «Nuestros pueblos son hermanos» afirma. Más claro no canta un gallo.

¿Qué ha sucedido?

Chávez ya se ha dado cuenta que el secuestro fue una provocación para antagonizar y provocar la guerra entre colombianos y venezolanos. ¿Cuál sería la finalidad de Bush atizando una guerra entre Colombia y Venezuela? Deshacerse de Hugo Chávez, retomar el control del petróleo de Venezuela apoyándose en la derecha y otros sectores que se le oponen y en el proceso no se compromete con una invasión directa de resultados imprevisibles. A tono con su discurso, Bush tiene que intentar esto después de que fracasara en el golpe de estado, el referéndum y las huelgas.

¿Dónde está la destreza de Chávez?

Al exigir disculpas endulzándolas con el insistir en la hermandad con Colombia, Chávez desarmó al Presidente colombiano y lo obligó a escoger el camino de la paz. Si lo rehusaba queda evidenciado como cómplice e instrumento de la agresión americana. No importa si Chávez trataba de convencer a Uribe a solamente evidenciarlo ante la opinión pública. Era una provocación para que Colombia le haga la guerra a Venezuela ahorrándole a Bush esa tarea pero al mismo tiempo en línea con su proclamada agenda. Chávez no piensa hacerle el juego a Bush.

Después de lo que dijo Chávez no había espacio para negar las disculpas pedidas ni para alimentar el clima de guerra a menos -como ya dije- que Alvaro Uribe estuviera dispuesto a denunciarse a si mismo como instrumento de Bush.

¿Dónde estuvo la ventaja de Uribe? Hace más de dos años -ya casi nadie lo recuerda- el Presidente Colombiano tras una serie de reuniones en Europa -aprovechando el clima prevaleciente que ve terroristas hasta en la sopa y que endilga el título a cualquier opositor aunque no lo sea- consiguió que organismos internacionales, como parte del derecho internacional vigente decidiera incluir a las FARC en la lista de organizaciones terroristas. Fue un gran logro suyo, dentro de la ley y el derecho y fue una onerosa derrota para las FARC cuyos méritos de si es o no terrorista no vienen al caso ahora. ¿Saben por qué?

Aunque las FARC fueran todo lo terrorista que Uribe denuncia, ni el gobierno de Colombia ni ningún otro tenía derecho a violar la soberanía de Venezuela. Es una grosera y perniciosa perversión del derecho internacional el intento de excusar el secuestro -una ilegalidad- aludiendo a la calificación de terrorista otorgada al secuestrado. Balance: Chávez es el ganador en la disputa. Uribe se retiró a tiempo y los EEUU quedaron aún más mal parados de lo que ya estaban.

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