En el septuagésimo segundo Mitin Anual de la Academia Americana de Neurología, celebrado recientemente en Toronto Canadá, tuvimos la oportunidad de participar de la conferencia: Los derrames Cerebrales y el Alzheimer son compañeros de viaje o compañeros de crimen?
Esta Conferencia Magistral fue dictada en la Sección Plenaria del congreso anual de la Academia Americana, por uno de los más sobresalientes neurólogos de la actualidad, Presidente de la Federación Mundial de Neurología, a la cual pertenecemos, figura ilustre de las neurociencias, es el Dr. Vladimir Hachsinki, amigo de los dominicanos, nos ha visitado en varias ocasiones, habla un fluido español y es un confeso admirador de nuestra isla.
Con el querido profesor me unen dos puntos de coincidencia, aparte de ambos ser neurólogos, él de origen canadiense y entrenado en su país, ambos tuvimos la dicha de ser alumnos del Profesor John Marshall, en el Instituto de Neurología de Londres, que en su oportunidad fue una especie de Gurú neurológico, en lo que respecta a la enfermedad vascular del cerebro a nivel mundial.
El destacado investigador, nos brindó una conferencia magistral con la sencillez que lo caracteriza, con la inmensa estatura que tienen los hombres sabios, la de simplificar las cosas de forma tal, que uno las entiende a cabalidad.
Se refirió el profesor, a que uno de cada tres individuos en el mundo que logre llegar a más de los 60 años padecerá un derrame cerebral o desarrollará una demencia o ambas enfermedades a la vez, al menos que hagamos algo al respecto con firmeza.
Presentó los resultados del estudio canadiense para la salud y el envejecimiento, donde se demostró la relación sinérgica de ambas enfermedades.
De los individuos que sufren un derrame sobre los 65 años, un 64 por ciento tendrá alguna forma de deterioro cognitivo, entiéndase alteración importante de las funciones cerebrales que nos hacen entes sociables, nos ponemos turulatos de la azotea.
Además, señaló que el 24 por ciento de los individuos con esos años que padezca de deterioro cognitivo, sufrirá alguna forma de derrame cerebral.
Es una realidad, que las investigaciones de ambas entidades médicas nos convencen de que ambas enfermedades coexisten o pueden interactuar en un mismo individuo.
El investigador y su grupo de Toronto, desarrollaron una investigación en animales para determinar esa coexistencia. Encontraron que un infarto en el cerebro con la presencia de las llamadas placas amiloideas, estas últimas son unas marañas proteicas por daño neuronal que se presentan en las demencias, y dichas placas estaban aumentadas en los infartos cerebrales. Por igual, determinaron que el proceso inflamatorio derivado de un infarto cerebral era mayor en los cerebros que tenían estas placas precursoras del daño demenciante. Comprobaron que el deterioro empeoraba a los 28 días.
Cotejado con los animales sanos, esos eventos de infartos y sus secuelas como el proceso inflamatorio fueron menores y desaparecían más rápidamente, cuando no existían las placas amiloideas.
Ellos realizaron la investigación con el PET scan, la Tomografía de Emisión con Positrón. Esta investigación abre las puertas para dos caminos: la terapia antiamiloide temprano en los infartos y la terapia antiinflamatoria en los derrames cerebrales de origen isquémico.
De hecho, hace un tiempo que yo lo estoy haciendo en mi práctica neurológica, antes de esta reflexiva y aleccionadora conferencia magistral.