Decía en la primera parte en mi columna de hace dos semanas, que es evidente y no se puede negar más el derrumbe y caos que impera en el proceso de las primarias presidenciales del Partido Republicano de los Estados Unidos. Ese partido se encuentra sin visión ni rumbo. El cuarto debate de la semana pasada lo confirmó todo, y eso que lo organizó la cadena de televisión FOX NEWS, que es una especie de comité de base de los republicanos. Las preguntas a todos fueron por el plato, nada de velocidad ni curvas, suave para que la batearan. Ni eso pudieron articular. El desconocimiento en asuntos de temas de importancia primarias es notable.
No se discutió a fondo nada relevante que afecte al ciudadano común, como es digamos la posibilidad de futuros ataques terroristas a la nación, relaciones de las razas, inmigración ilegal, crimen y violencia, usos y abusos de las drogas, calidad del medio ambiente, cambio climático, sistema del seguro social, cómo se distribuyen los ingresos y las riquezas en el país, hambre y las personas sin hogar, el tamaño y poder del gobierno federal, la viabilidad y posibilidad de acceder a los programas de salud, la economía, disponibilidad y acceso a la energía, desempleo. En fin, nada de sustancia. Es un partido donde los ciudadanos no somos los que vamos primeros, para el partido republicano, los ciudadanos vamos en la cola.
Después de cuatro debates – faltan ocho por celebrar – Trump y el retirado neurocirujano afroamericano Ben Carson – ambos sin ningún tipo de experiencia políticas – siguen arriba en las encuestas con 50% de los votos. Esto no debería ser sorpresa para nadie dada la naturaleza y composición de la membresía de los republicanos. Es más, esos dos y los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, este último de origen cubano nacido en Canadá y senador por Texas, acumulan según las encuestas más del 75% de las preferencias republicanas. Por lo tanto, hay poco espacio para Bush remontar.
Otro asunto que Bush no entiende es la importancia de los debates. Esto se demostró hace tres domingo cuando en una comparecencia en el programa “Meet the Press” por NBC, el moderador Chuck Todd le preguntó: ¿Entiende usted que las personas que lo apoyan dicen que en los debates, a su persona le falta algo?. Él contestó: “No, no lo entiendo”. Cuando Todd le volvió a preguntar: “¿Porqué las personas piensan así?”, Bush contestó: “Será creo, que ellos no ven mis comparecencias personales, como es el caso en New Hampshire, donde 300 personas asistieron y dijeron que yo lo hice bien”.
Precisamente, eso es lo que no entiende el pasado gobernador del estado de Florida con respecto a los debates. En el 2012, los votantes de las primarias republicanas emitieron en New Hampshire 248,845 votos. Romney ganó con 97,532 votos. En otras palabras, para ganar en New Hampshire, Bush tendría que motivar 138 eventos de 300 personas. Misión imposible.