El desafío de detener la máquina del día del juicio final financiero

El desafío de detener la máquina del día del juicio final financiero

Martin Wolf
¿Podemos permitirnos nuestro sistema financiero? La respuesta es no. Entender el porqué esto es así es una condición necesaria para poder evaluar las ideas para la reforma. Mientras más consciente de los riesgos se está, más obvio se vuelve que el radicalismo es la opción más segura.

La gente presta demasiada atención al costo directo de los rescates. Según Andrew Haldane del Bank of England, autor de varios brillantes informes sobre la crisis, ha denotado, que estos costos pueden andar alrededor de un uno por ciento del producto interno bruto en Estado Unidos y Reino Unido. Los costos que realmente importan, sin embargo, son los de la recesión y el enorme salto que se ha observado en la deuda pública. Si sólo un cuarto de la pérdida de la producción mundial durante la recesión demostrara ser permanente, el valor actual de estas pérdidas pudiera ser como mucho de un 90% del producto mundial anual.

¿Cómo sucedió esto? Muy simple, el sector financiero se ha vuelto más grande y más riesgoso. El caso de R.U. es dramático, con los activos bancarios saltando desde un 50% del producto interno bruto hasta más de un 550% en las pasadas cuatro décadas. Las proporciones de capital que han caído fuertemente, mientras los retornos se han vuelto más altos y más volátiles. Como denota Haldane en otro documento, el apalancamiento es el principal determinante de los retornos sobre las acciones, y el apalancamiento incrementado también explica el nivel y la volatilidad de los retornos bancarios. Finalmente, el sector bancario también se ha vuelto sustancialmente más concentrado.

Haldane lamenta “el aumento progresivo del riesgo bancario y el acompañamiento amplio y profundo de la seguridad estatal”. El sistema está corriendo para detenerse justo cuando los gobiernos compiten por hacer que las finanzas sean más seguras y los banqueros puedan crear más riesgo. La ruta fue vía la liquidez, depósito y seguro de capital. Haldane denota que las agencias de clasificación crediticia valoran del apoyo del gobierno hacia los bancos. El apoyo gubernamental debe sin duda proporcionar una parte de la explicación por los bajos rendimientos sobre los bonos emitidos por estos negocios apalancados masivamente.

La combinación del seguro del estado (que protege los acreedores) con la limitada responsabilidad (que protege los accionistas) crea una maquina del día del juicio final financiero. Lo que sucede mejor se piensa como una falta racional de cuidado. Su efecto más peligroso viene por vía de los extremos del ciclo crediticio. Lo más peligroso de todo es la compulsión sobre las autoridades para llegar a otro conjunto de burbujas crediticias, para prevenir el devastador impacto de la implosión de las últimas. Al final, lo que le suceda a las finanzas no es lo que más importa, sino lo que las finanzas le hacen a la economía más amplia.

¿El ingurgitado sistema financiero de hoy produce ganancias que justifican estos costos? En un reciente discurso, Adair Turner, presidente de la Autoridad de Servicios Financieros de Reino Unido, argumenta que no. Los sistemas financieros son servidores importantes de la economía, pero pobres maestros. Una gran parte de la actividad del sector financiero parece ser una máquina dedicada a transferir ingresos y riqueza desde los de afuera hacia los de adentro, mientras incrementa la fragilidad de la economía en general. Dada la extensión de las distorsiones inducidas por el gobierno en el sistema, aún los más fieros seguidores del mercado libre deben aceptar esto. Es difícil ver algún beneficio sustancial desde el apalancamiento masivo de la economía y, sobretodo, del sector inmobiliario, que vimos recientemente. Esto sólo creo ganancias ilusorias en las alzas y un real malestar en las bajas.

Como denota  Turner, la promesa de aseguración ha cambiado para volverse en parte ilusoria. Los argumentos usados a su favor, la complexión del mercado y la habilidad de extender el crédito más ampliamente, parecen altamente cuestionables. Fue particularmente asombrosa la falla del mercado de cobertura de riesgo crediticio para dar cualquier prevención de la crisis financiera. En el fondo, la invención de valores complejos exacerbó enormemente la información y los problemas de incentivo inherentes a los complejos sistemas financieros. Aunque el argumento que se oye frecuentemente de que una mayor liquidez del mercado es mejor que menos, está lejos de ser irrefutable: esto exacerba el descuido racional.

Entonces, ¿qué es lo que debe hacerse? Para responder esta pregunta, uno tiene que comenzar desde un reconocimiento de los peligros principales: primero, los países de alto ingreso, con su baja tasa subyacente del crecimiento económico y los enormes costos de envejecientes, posiblemente no pueden permitirse otra crisis; segundo, el gran problema es el impacto sobre la economía.

En contra de estos estándares, tres ideas comunes se necesitan ser puestas en su lugar.

Una idea, popular en los círculos republicanos de E.U., es: “sólo hay que decir no a los rescates”. Esto es una desilusión. Desde que las instituciones financieras están poderosamente interconectadas, el gobierno no puede creíblemente comprometerse en no rescatar el sistema cuando esté en peligro.

Otra idea, popular entre los liberales de E.U., es que el problema principal es “demasiado grande para quebrar”. Haldane muestra que el seguro implícito para los bancos grandes es mayor que el de los más pequeños. También, él está de acuerdo en que las economías de escala dentro de la banca son modestas. El desafío de manejar tales complejas instituciones es enorme. Finalmente, la diversificación que estas instituciones buscan es últimamente ilusoria: ellas están expuestas a los riesgos de la economía más amplia.

Todavía es importante no exagerar el significado sólo del tamaño. Un punto es, que algunos de los sistemas que navegaron relativamente seguros durante la crisis, el de Canadá por ejemplo, son dominados por un oligopolio bancario estable. Otro es que, como sucedió en E.U. en los años 30, el colapso de muchos pequeños y bancos poco diversificados puede ser altamente destructivo. El tamaño importa. Pero ciertamente no es todo lo que importa.  Una tercera noción es que el gran problema es completamente regulativo. Se argumenta que si sólo el descuido se hubiera impuesto efectivamente, el patrón de sobre-apalancamiento y quiebra podrían haber sido detenidos. Esto, también, es improbable. Es difícil regular las finanzas contra los incentivos de aquellos que la manejan. Arreglar el problema tiene que incluir el cambio de incentivos en formas simples y transparentes. Para ponerlo sin rodeos, los participantes tienen que temer las consecuencias de cometer serios errores, no sólo decirles que se detengan.

Al final, detener la máquina del día del juicio final financiero involucrará cambios fundamentales en la política hacia la estructura del sistema financiero. Hay dos amplios enfoques ahora bajo discusión. El oficial es hacer algo aproximadamente como el sistema actual pero mucho más seguro, aumentando los requerimientos de capital y de liquidez, cambiando los derivados por intercambios y respetando la regulación prudencial. La alternativa es la reforma estructural. ¿Cuál es la opción mala? Ese tema lo desarrollaré la semana próxima.

Las claves

1.  Reino Unido

El caso de Reino Unido es dramático, con los activos bancarios saltando desde un  50% del Producto Interno Bruto hasta más de  un 550% en las pasadas cuatro décadas.

2  Proporciones de capita

Las proporciones de capital que han caído fuertemente, mientras los retornos se han vuelto más altos y más volátiles.

3.  Costos importantes

Los costos que realmente importan, sin embargo, son los de la recesión y el enorme salto que se ha observado en la deuda pública.

Latinoamérica pone espuma a  ventas de cerveza

Adam Jones  y Kathrin Hille

 Londres y Beijing

SABMiller dijo que sus mercados latinoamericanos estaban mostrando más señales de recuperación económica de que lo que se estaba observando en Europa y Estados Unidos.

Prescindiendo de las adquisiciones y disposiciones, el volumen de ventas de cerveza en la compañía cervecera internacional vendió un 13% en Colombia, uno de sus mercados más importantes, en el cuarto trimestre del año financiero hasta el 31 de marzo.

Este fue más del doble de lo que la tasa de crecimiento había experimentado en el tercer trimestre. SABMiller dijo que la mejoría reflejaba un fortalecimiento en la economía, así como también sus propios esfuerzos operacionales.

Había también señales de otra tendencia positiva en el mercado local del grupo en Sudáfrica, donde las ventas subieron por un 8% en el cuarto trimestre, habiendo caído un 4% en el tercero.

Alex Oldroyd, un analista de Barclays Capital, dijo que la actualización del comercio se estaba estimulando debido a que Latinoamérica y Sudáfrica eran particularmente mercados rentables para el grupo.  La compañía también dijo que estaba comenzando a ganar poder de valoración en China, donde ésta opera a través de su “joint venture”, China Resources Snow Breweries. CRSB posee Snow, la marca de cerveza de mejor venta del mundo, la cual tiene cerca de un quinto del mercado cervecero chino. 

Ari Mervis, director de gestión del negocio asiático de SABMiller,  dijo que aunque el mercado históricamente había sido adverso para los aumentos de precios, “nosotros estamos en capacidad de asumir más incrementos de precios”.

Zoom

En China

Los volúmenes más grandes en China aumentaron  10% en el año hasta el 31 de marzo.

A nivel general

Los volúmenes de cerveza SABMiller fueron flojos por el año sobre una base orgánica debido a la persistente debilidad en Europa, en donde es más activa en Rusia,  China y Polonia, y en E.U., donde ésta fabrica Miller Lite.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE  ROSANNA CAPELLA

Publicaciones Relacionadas

Más leídas