El desafío de las armas nucleares

El desafío de las armas nucleares

POR XAVIER CAÑO
José Martí, poeta e impulsor de la independencia de Cuba, refiriéndose a una de sus conspiraciones contra el dominio español de la isla caribeña, explicó en cierta ocasión que “en silencio ha tenido que ser, porque hay cosas que, para lograrlas, han de andar ocultas”. Si el silencio y el secreto parecen admisibles para el camino hacia la libertad patria, no así cuando ocurre en el foro universal de la ONU donde se revisa el Tratado de No Proliferación Nuclear.

Ni una palabra y, desde hace una semana y hasta finales de mayo, 188 Estados del Tratado de No Proliferación Nuclear, abordan su séptima revisión con aroma de fracaso antes de empezar. Un tratado nacido hace 35 años para contener la fabricación y utilización de armas nucleares, incluidas pruebas experimentales.

Siete lustros después, en el mundo hay más de 30.000 armas nucleares, y uranio enriquecido y plutonio suficiente para fabricar 240.000 bombas atómicas más, pero ninguna de las cinco potencias nucleares oficialmente reconocidas (EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) tiene la menor intención de cumplir los compromisos de desarme atómico prometidos. Tres nuevos Estados, India, Israel y Pakistán, han fabricado armas nucleares sin comprometerse con el Tratado de No Proliferación, Irán mantiene un pulso con la Unión Europea y EEUU por querer dotarse del arma nuclear y Corea del Norte posiblemente la tenga o esté a punto de conseguirla.

Rusia, con casi tantos ingenios nucleares como EEUU, es un peligro real por la dispersión y falta de seguridad de sus depósitos nucleares. Y, desde hace una veintena de años, funciona una red de contrabando nuclear. La existencia del comercio ilegal de material nuclear ha sido ratificada por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el vigilante de la ONU para las armas nucleares. Mohamed El Baradei, director de la OIEA, ha denunciado que “hay por lo menos 30 compañías, en otros tantos países, implicadas en una sofisticada e ilegal red de contrabando nuclear”. La OIEA ha confirmado 630 incidentes de tráfico de material nuclear o radioactivo desde hace una docena de años. Ese mercado negro de materiales radioactivos fue organizado en los años ochenta por Abdul Qadeer, creador de la bomba atómica de Pakistán.

De igual manera que el contrabando ilegal de armas ligeras – más letales hasta ahora que las armas de destrucción masiva- es posible porque hay un comercio legal y bien visto, el contrabando nuclear persiste y aumentará en tanto no haya desarme atómico. Uno es caldo de cultivo necesario del otro. El Baradei ha advertido de la realidad y actualidad de la amenaza de un atentado nuclear, aunque hoy no se considera probable que un grupo terrorista pueda obtener material nuclear y construir una bomba atómica, pero sí elaborar artefactos radioactivos. De hecho, la mafia rusa ha utilizado materiales radioactivos ocultos para atentar contra algunos enemigos. Entre tanto, EEUU quiere incrementar la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación (interceptación de cualquier buque sospechoso de transportar materia nuclear), mientras pretende realizar nuevas pruebas experimentales nucleares.

El Baradei ha propuesto una moratoria de cinco años de construcción de nuevas instalaciones para enriquecer uranio o reprocesar plutonio, pero EEUU y Francia la han rechazado. También ha propuesto que Oriente Medio sea declarado zona libre de armas nucleares, pero el poder nuclear de Israel –apoyado tácita o explícitamente por EEUU- es su fuerza de disuasión hacia sus vecinos árabes y no está dispuesto a renunciar.

En este circo, destaca la hipocresía de las naciones ricas y nucleares (EEUU, Reino Unido, Francia) que exigen a Irán que no intente dotarse del arma nuclear, pero no mueven un dedo para reducir sus arsenales atómicos.

El recuerdo de Hiroshima y Nagasaki (ciudades sin interés militar bombardeadas con ingenios atómicos) debería hacernos ver con la mayor clarividencia la urgencia de suprimir hasta la última arma nuclear. Un mundo libre de armas nucleares es la única manera de garantizar que nunca se usen ha dicho Kofi Annan, Secretario General de la ONU, al aplaudir la exigencia de prohibición global de cualquier tipo de armas nucleares para el año 2020, formulada por “Alcaldes por la Paz”, entidad que agrupa a 760 ciudades de 110 países.

¿Utopía? ¿Ingenuidad? Un Apocalipsis real y no de ficción religiosa puede venir por las armas nucleares. Creo que fue Ghandi quien dijo que la paz no es el objetivo, la paz es el camino.

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El autor es periodista

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