El desafío de las zonas francas

El desafío de las zonas francas

El régimen fiscal especial que son las  zonas francas ha sido para muchos países una especie de tabla de salvación. Generación de empleo, diversificación de exportaciones, transferencia tecnológica, entre otros, han sido aportes  beneficiosos para naciones subdesarrolladas.

 Aquí hemos sido exitosos en esta materia. Uno de los elementos que ha permitido la subsistencia de las zonas francas ha sido la innovación y la diversifica- ción en materia de bienes exportables.

Sin embargo, estos regímenes especiales están en la mira, como parte del  ordenamiento del comercio global. La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha ido posponiendo de año en año el final de este esquema, y recientemente amplió el plazo un año más para la explotación de zonas francas en El Salvador.

El Presidente Leonel Fernández ha hecho un planteamiento certero acerca de la situación de las zonas francas. En su intervención ante la XIV Conferencia Latinoamericana de Zonas Francas, ha expuesto el potencial de este esquema, pero también el desafío que tiene por delante para subsistir.

La competitividad del sector no puede estar por más tiempo atada a los bajos costos en base a salarios injustos y otras condiciones de explotación humana. La subsistencia está atada a la innovación y a la capacidad de satisfacer en cantidad y calidad los mercados de demanda.

 

Recortes y prioridades

El Gobierno tiene en carpeta una reducción de 10,485 millones de pesos en el presupuesto para 2011 para aportarlos al Banco Central con la finalidad de cubrir el déficit cuasi fiscal.

La reducción del gasto público ha sido una demanda reiterada por amplios sectores nacionales, pero con la salvedad de que debe estar condicionada a que los recortes no afecten renglones vitales del dinamismo económico.

Existe un amplio inventario de gastos injustificables en que incurre el Gobierno y los recortes al presupuesto deberían estar dirigidos a esos ámbitos.

Existen entidades oficiales que no tienen razón de existir, pero que succionan cantidades importantes del presupuesto sin retribuir  al país con aportes en servicios importantes para la comunidad.

Hay mucho por donde recortar gastos sin tener que sacrificar la vitalidad de la economía ni aplazar obras o programas. Bastaría que funcione la voluntad.

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