Para muchos expertos pobreza es un concepto relativo, porque se basa en un juicio de valor sobre cuáles son las necesidades fundamentales, los niveles mínimos de satisfacción requeridos y consecuentemente el grado de privación que resulta ser intolerable para los seres humanos. Por eso, la pobreza tiene que ver con el entorno social; con la dignidad de la persona humana en una determinada sociedad y época; con la libertad, la educación e integración a una comunidad; con el clima, la vestimenta, la vivienda, el cuidado de la salud, incluso con la auto-estima de cada persona. La pobreza se pudiera definir como la carencia de bienes, porque hay pobreza cuando falta la satisfacción de necesidades básicas, pero de una época a otra, esas necesidades básicas van cambiando o adquiriendo matices deferentes. También varía de acuerdo con cada país, por eso es siempre posible establecer una escala de valores y necesidades y por esas razones la pobreza igualmente cambia de acuerdo con las diferentes circunstancias dependiendo mucho del tiempo y del lugar. En la época actual en que tener un vehículo ya no es un lujo, poseer una bicicleta como único medio de transporte puede conllevar a clasificar a dicha persona como pobre, pero hace solo 40 ó 50 años, en muchas localidades, e incluso en la capital, muchos médicos, comerciantes y profesionales, solo disponían de bicicletas para su transporte y no eran clasificados como pobres. Igualmente hay países de Europa y Asia donde profesionales y personas de clase media solo tienen bicicleta, sin necesariamente ser pobres. Esa pobreza de la que han hablado filósofos y poetas, sin pasar por alto políticos que basan su accionar en el inmediatismo y en soluciones de boroneo, hace que solo valga el presente; que el pasado solo quede en el recuerdo con muy pocas notas sobresalientes y el peso de una rutina amarga; y que el futuro por no tener esperanza, por ese aferrarse a que el mañana será un permanente presente, por ese despertar de un algo exterior abstracto e indefinido que generalmente se denomina destino, tampoco tenga mucho significado para ellos. Establecer parámetros entre desarrollo, progreso y pobreza resulta bien difícil, cuando los técnicos utilizan patrones de medición que normalmente vienen enlatados o fueron diseñados en sociedades donde la pobreza y el desarrollo tienen otras significaciones. Sociedades donde ser pobre no significa necesariamente falta de comida, bienes y servicios fundamentales. Políticos y sectores de poder, saben que los pobres están fácilmente dispuestos a escuchar y a creer, a la espera de que llegue el milagro o que venga un milagroso. Su imaginación le ayuda a forjar un mundo mágico en el cual alguien aparecerá de pronto, venido de quién sabe dónde, a redimirlo y a salvarlo. Por eso se ha abusado tanto de los pobres, y no se hacen esfuerzos serios para sacarlos, no de la pobreza material, sino de la pobreza cultural y espiritual que los libere del manto que los cubre.