El desastre del Escogido

<p>El desastre del Escogido</p>

VIRGILIO ALVAREZ BONILLA
La prensa deportiva dominicana destaca recientemente unas declaraciones del doctor Julio Hazín sobre el desempeño desastroso del equipo Leones del Escogido en el actual campeonato de béisbol profesional. Tiene razón el viejo amigo Julito de sentirse decepcionado y desesperado, cualquiera en el lugar de él, con la responsabilidad de complacer una exigente fanaticada que no siente la satisfacción del triunfo desde hace casi tres lustros, se encontrara más que preocupado. Pero cabe preguntarse sin pasión alguna, ¿es Julito el culpable de este desastre? Creo sinceramente que no.

Fui por algunos años dirigente del Escogido y conozco en parte las interioridades del manejo de un equipo de pelota. ¡Claro! Que reconozco que las épocas han cambiado, ya de romántico el béisbol no tiene nada, hoy día es un negocio en grande, donde participan por igual, jugadores y directivos y donde sólo los fanáticos son actores pasionales.

En su ya larga historia, el Escogido ha tenido sus momentos de gloria y de tristeza, como todos, ha sentido la satisfacción del triunfo y la frustración de la derrota, pero nunca antes había descendido a niveles de tanta incompetencia. El Escogido en los últimos años dejó de ser un equipo competidor, para convertirse en un simple relleno de nuestra pelota. Julito Hazín, mi amigo de infancia, a quien profeso no solo amistad sino fraterno cariño y admiración, desde que asumió la dirección del equipo, realizó los mayores esfuerzos por rescatar al Escogido de ese marasmo que viene de años. Es Julito por además un empresario pujante que no tiene miedo en afrontar los retos que esa tarea le impone, por lo tanto antes de culparlo, se debe aplaudir este esfuerzo y su sinceridad en exponer el frustrante fracaso de este otrora equipo digno rival en la pelota dominicana.

¿Qué pasa entonces en el Escogido?… Muy simple, se ha perdido la fantasía de la mística. Ya no se juega con el ánimo de ganar, se ha ido la magia, aquella que produce un deseo colectivo de triunfo, que desborda pasiones, que mueve instintos, que eleva la adrenalina. El Escogido ha perdido el deseo de competir y con ello se va también el fervor de sus seguidores… El béisbol criollo necesita un Escogido competidor, requiere que ese conjunto de mil batallas en nuestra pelota recupere el camino del triunfo, que sus jugadores y dirigentes vuelvan a la inyección mística de antaño, no sólo en el campo de juego sino en el Club House, ésta y no otra es única fórmula de encontrar de nuevo camino del éxito. La prolongada cadena de derrotas de nuestra enseña escarlata, no puede buscarse en acusaciones irresponsables ni en chivos expiatorios, la fiebre no está en la sábana, aunque en ocasiones hay que sacudir esta sábana para evitar contagios. Esto más que nadie lo sabe muy bien Julio Hazín.

A Julito nuestro apoyo, como amigo y escogidista de siempre. Sólo por si le sirve de consuelo, le recordamos el viejo adagio de la decadencia imperial de la madre Patria «Culpa del tiempo son, y no de España».

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