La inocuidad y calidad del desayuno escolar debe ser asunto de cuidadosa y permanente vigilancia en nuestro país. Debe haber una absoluta garantía de que las raciones que reciben nuestros estudiantes en las escuelas públicas respondan a los mejores patrones de calidad, tanto en materia de contenido de nutrientes como en higiene y ausencia de sustancias extrañas. En esa virtud, es preciso que se investigue la inquietud planteada por el señor Iván García, presidente de la Federación Dominicana de Comerciantes, en el sentido de que a la leche del desayuno escolar se le estaría añadiendo un suero que se importa para alimentar cerdos.

Cada elemento que forme parte del contexto integral de la enseñanza pública, como es el caso del desayuno escolar, debe responder a los mejores patrones de calidad. A los planes de mejorar la calidad y la cantidad de horas de de enseñanza, necesariamente hay que añadir el renglón nutricional que corresponde al desayuno escolar. Las secretarías de Educación y Salud Pública harían muy bien en investigar esta inquietante denuncia sobre la composición de la leche que forma parte del desayuno escolar para que se tomen las decisiones que aconsejen los resultados de las investigaciones. El desayuno escolar es un componente importantísimo en el sistema de enseñanza pública y hay que garantizar su calidad a toda costa.

Solidaridad ante la tragedia

Haití vive momentos de dolor por la muerte de un número de personas que al momento de escribir esta nota sobrepasaba los ochenta, número incierto en esos momentos porque todavía se removían escombros del colegio que colapsó en Petionville, Puerto Príncipe. Haití apenas empezaba a reponerse de los estragos causados por perturbaciones meteorológicas recientes, cuando le sorprende esta tragedia, al parecer resultado de un deslizamiento de tierra.

La República Dominicana, el vecino más cercano de Haití, está llamada a volcar toda su solidaridad hacia el pueblo hermano. Inicialmente ha puesto a disposición de las autoridades haitianas el personal médico de la frontera y traslado de heridos hacia nuestro país para darles asistencia médica. Nuestra oferta de solidaridad no debería tener límites con tal de ayudar a mitigar esta tragedia. Otros países le han tendido la mano al pueblo haitiano. Es  momento de ser generosos dando  solidaridad.