El descuartizamiento del Estado por los políticos

El descuartizamiento del Estado por los políticos

La vida en democracia le ha traído a los dominicanos los sinsabores perjudiciales para la existencia, que obliga a que la mayoría no tenga fe en su futuro, vaticinando siempre peores crisis económicas, y una buena parte de la población deseando marcharse del país hacia otros lugares.

La causa de ese pesimismo tan marcado de los dominicanos viene determinado por la conducta de los políticos que, desde hace más de 50 años, se han servido con la cuchara grande de los recursos del Estado, desviando una buena parte para sus beneficios y poder cubrir sus ambiciones políticas.

Los políticos han descuartizado al Estado en todas las administraciones, fruto de elecciones populares y constitucionales, viendo el pueblo consternado de cómo utilizan las dependencias, donde han sido nombrados para los funcionarios llevar a cabo, no solo sus manejos corruptos, sino convertirlas en maquinarias para llevar a cabo los sueños de ser presidentes, senadores o diputados, aparte de hacerse ricos.

Ya los dominicanos aceptamos, como algo legal y honesto, que se anuncie oficialmente con desfachatez que tal político, por haber colaborado en la elección del presidente de turno recibirá como premio tal Ministerio o una dirección general o una entidad autónoma que le permita resarcirse de su inversión electoral, acumular una fortuna y tener a sus simpatizantes contentos, nombrándolos como botellas en sus dependencias a su cargo o empleos de un mínimo esfuerzo.

Resulta insólito ver a funcionarios promoverse a las claras utilizando todas las facilidades del organismo que dirigen. Sus activistas principales son nombrados en cargos botella para que organicen y promocionen sus aspiraciones. Y si están al frente de instituciones que son responsables de construcciones y mantenimiento de canales, carreteras y edificaciones, desvían parte de los recursos, los equipos y mano de obra para ir directos a los lugares donde tienen cifradas sus esperanzas de resultar electos como senadores, diputados o alcaldes.

Vergüenza debería producirnos ese proceder político que hasta tienen el beneplácito de las más altas autoridades, que así pagan sus adhesiones y apoyos a su causa, chocando de frente a la cultura de otras naciones. De ahí es que internacionalmente nos condenan en los tribunales de ultramar por marrullas cometidas en contra de extranjeros y sus empresas; nos echan en cara el trabajo esclavo en los campos de caña, y hasta donaciones de Estados Unidos se utilizarán para atacar ese problema de toda la vida de cuando llegaron al país los primeros inversionistas azucareros desde Estados Unidos y Europa.

Por ese manejo tan deshonesto de la actividad política vemos cómo se quiere humillar a un presidente, invadiendo el Palacio Nacional con una nutrida comisión de las Naciones Unidas, para pedirle cuentas por el maltrato que supuestamente se les da a los ilegales, léase haitianos, y demandan un cambio de conducta y de trato, a sabiendas de que nadie conoce que una comisión similar haya visitado al presidente norteamericano para exigirle que modifique el trato inhumano y salvaje que se les da los inmigrantes mejicanos y centroamericanos en la frontera de ese país con México.

El país no se da respetar, y la culpa la tienen los políticos de todos los gobiernos, que frente al mundo ni siquiera ocultan su rapacidad, poseyendo un servicio exterior que es una vergüenza por su abultada cantidad de los favoritos de turno, que ni siquiera pueden viajar a los países donde fueron nombrados, ya que no lo aceptan por superar la cuota que establecen los cánones diplomáticos del manejo de personal.

Tal proceder de la Cancillería dominicana es motivo de chistes en otras cancillerías, que no entienden de la racionalidad de esa nómina supernumeraria que no contribuye al desarrollo, aparte del clientelismo que se genera a costa de los ingresos del Estado, que los reciben de una población ingenua de ver cómo sus gobernantes abusan de su buena fe para exprimirlos con sus impuestos y despilfarrarlos con sus botellas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas