Es atropello venta al público de artí- culos desechados para exportación
Escuché al vendutero pregonar “tengo aguacate” y decidí acercármele para comprar una de esas versátiles frutas de nuestro menú folklórico y frente a él hice una rápida exploración física de varios aguacates comprobando que todos tenían una lesión (magulladura, descoloración, mancha, etcétera) y, sin ánimo de ofender, solamente por curiosidad, le pregunté por qué todos sus aguacates tenían un daño menor o mayor y me respondió “porque son un desecheo” agregando que esos aguacates los “desechean” en la compañía que los “manda pa’fuera” y se los regalan o venden barato y ellos los revenden y eso lo traduje en una conclusión que involucra a exportadores de productos agrícolas dominicanos que permiten o promueven el reciclaje de sus desechos en el mercado local formal o informal y así tienen a una parte de la población consumiendo productos en mal estado por comisión u omisión en una maniobra que el vendutero llamó “desecheo”.
El término gramaticalmente correcto sería desecho, pero me sirve de apoyo para llamar la atención de las autoridades que deben regular ese maltrato a la sociedad, lo mismo que deberían hacer los encargados de ordenar el tránsito en carreteras como la llamada Vieja de San Cristóbal y autopistas como la 6 de Noviembre, donde un inexplicable y escandaloso número de camiones, patanas y otros vehículos de carga, especialmente para la construcción, son esqueletos o chatarras en movimiento, representando un grave problema con el taponamiento de vías porque frecuentemente se averían en medio de las carreteras y en ocasiones son responsables de fatales accidentes por su condición de vehículos desechados o verdaderos “desecheos” y sería importante encontrarle sus raíces y enjuiciar a sus patrocinadores.