El deservicio del gobierno

El deservicio del gobierno

Los servicios que dependen del gobierno, los que el gobierno debe prestar a sus usuarios, son muy deficientes al punto de que la gente tiene que suplir las carecías a costo muy alto.
En las postales que enviaba mi tío {Francisco (Cano) Gautreaux cuando vivía en Caracas, Venezuela, en la década de 1940, se veían hileras de automóviles estacionados en ambas orillas de la calle. En ese tiempo, aquí, los vehículos se contaban con los dedos y de lejos se sabía quiénes eran sus propietarios.
Cuán lejos estaba de saber que me tocaría vivir en Venezuela en la década de 1960 y que el alto número de vehículos en las calles era una demostración de la deficiencia del gobierno de la Patria del Libertador.
Ante la deficiencia de nuestro gobierno en proveer un sistema de transporte público confiable, con personal bien entrenado y respetuoso, la gente se ve en la obligación de buscarse, a como diera lugar, un transporte que le permitiera trabajar, vivir, viajar.
La sangría que se produce por la falta de transporte público adecuado se convierte en una diarrea de dólares que se gastan en la compra de vehículos privados.
Un automóvil es un lujo que cuesta mucho dinero, que drena los recursos de cualquier familia del pueblo y de clase media por el abusivo precio de los combustibles, así como en la reposición de piezas, gomas etc.,
Los intentos de resolver el problema del transporte público han sido tan frustratorios que se cree que las instalaciones de la Oficina Nacional de Transporte Terrestre (ONATRATE), fue incendiada para destruir los documentos que probaban las irregularidades y actos de corrupción que se cometieron en su administración.
Y ahora el escandaloso y putrefacto el descubrimiento de las mil y unas diabluras, ilegalidades, manejos turbios y deshonestos, se descubren en la Oficina Metropolitana de Transporte (OMSA).
El otro gran engaño viene dado por la ineficiencia y abusos contra el consumidor que comete el sistema de energía del gobierno. Alguien dijo que en el país hay instalada una capacidad de generación de energía superior a la del gobierno en plantas para el servicio doméstico, de pequeñas industrias y comercios, de oficinas, de clínicas y hospitales, de bancos y empresas financieras, de industrias. Eso es fruto de las estupideces que se cometen por falta de conocimientos y el planeamiento adecuado.
El costo creciente del transporte, de la energía eléctrica y de los deservicios del gobierno ha sido cubierto, de manera paciente y sostenida, por los ingresos limitados de gente que paga las deficiencias del gobierno con parte del dinero que debía servir para estudios, servicios médicos, diversiones…
El gobierno nos cuesta demasiado por su incapacidad y la corrupción que crece ¿Hasta cuándo vamos a soportarlo? No todos somos masoquistas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas