Muchos factores determinan el crecimiento de un país, el aspecto económico, social, político… por cualquiera de ellos y de otros que se omita se puede notar el avance dentro del marco que permite el estado moderno y el sistema económico mundial imperante.

No quiero referirme a todos en particular pero si en focos que existen dentro de esos aspectos y que contribuyen al desarrollo de una nación.

Hoy hablemos del transporte, pero no hablemos del transporte como siempre, con cifras, con críticas o con unas palabras románticas de lo que es o lo que debería ser.

De lo que debería SER ya lo sabemos, hay ejemplos mundiales de éxito en transporte público y sobre lo que ES también sabemos; en Republica Dominicana el transporte urbano (Santo Domingo y Santiago principalmente) y el transporte interurbano ya sea de carga o pasajeros es un fracaso privado y público.

Un sistema, si a eso se le puede llamar sistema, de transporte caro, deficiente, inseguro y que solo sirve para que algunos se lucren, otros lo utilicen como mecanismo de presión al gobierno cuando no se les concede algún capricho y sirve para que el gobierno pueda congraciarse con esos grupos políticamente.

El empresariado argumento, hace poco, que deben concesionarse rutas de transporte público a empresas de transporte y con ello relegar a los sindicatos a su función básica y natural, la representación laboral ante el patronado.

Y es que el empresariado lo ve desde el punto de vista legal-tributario y en cercanía pragmática a sus prejuicios por tal desorden. Por su lado la presente administración del presidente Medina parece que no tiene en agenda pública, evidentemente, el problema del transporte el que esta relegado, junto a otros temas básicos, al ninguneado marco presupuestario y técnico.

El transporte público, si funciona con ciertas condiciones, puede brindar un ahorro que en ocasiones supera el 20% de los ingresos de los hogares pobres y de clase media, es cuando surge la pregunta de cómo un gobierno que aparenta estar interesado en mejorar los ingresos de las familias no ha puesto más atención a este sector .

En países centrales o desarrollados y en la media del desarrollo es común ver a personas de clase media (burócratas, catedráticos, empleados directivos, ect.) utilizar el sistema de autobuses y metro, porque esto les refleja menos costos en combustibles y de forma directa a sus bolsillos, ni hablar de las clases menos pudientes.

En la Republica Dominicana existe un desorden en el transporte público, no solo porque no existen empresas de transportes encargadas de brindar el servicio bajo normas establecidas, sino más bien existe este problema por el desorden institucional que posee el estado.

Hablemos con las siglas: el primer ejemplo es el Ministerio de Obras Publicas quien sigue llevando las riendas de otorgar las licencias de conducir por vía de la DGTT, la OTTT por su lado otorga rutas, sin observar el asunto de que en ocasiones son rutas sobre rutas, la AMET como organismo coercitivo y de regulación de transporte bajo los estudios que realizará DELCAM SERCYTEC y que fue castrada por Hipólito Mejía en el 2002 pasándola a ser una simple agencia de transito sin comprender que transito y transporte no es lo mismo, el referido estudio arrojo que debía haber una instancia operativa y fue donde nación la OMSA la cual sobrevive a duras penas por la falta de continuidad de políticas públicas en su flotilla y funcionamiento, resientemente se le incorporaron nuevas unidades pero sin continuidad ya suponemos en que pararan en par de años.

Estos dos puntos bibliograficos los enumera con bastante detalles técnicos y sustentación el Ing. Ignacio Ditren en su libro ¨Historia del transporte en la Republica Dominicana.¨
A esto podemos llamarlo el desorden de las TT, todas estas instituciones y otras más, trabajan de manera unilateral y sin moderador, lo que crea la raíz sustancial y jurídica del caos del servicio en el transporte y transito.

Santo Domingo y Santiago son actualmente los núcleos urbanos mas dinámicos pero… ¿Si el país sigue creciendo solo crecerán Santo Domingo y Santiago o también crecerán otras ciudades? Solamente por cuestionar que esas ciudades podrían en unos años convertirse en explosiones demográficas y por ende se necesitara un sistema de transporte que no repita la mecánica actual de; insuficiente, inservible, insostenible, deficiente, inseguro, destartalado y caro.

*** El autor es escritor y experto en Administración Pública, Escuela de Política y Gobierno, Universidad Nacional de San Martin, Argentina.