El deterioro cognitivo con el consumo de drogas

El deterioro cognitivo con el consumo de drogas

He querido volver con la psicoeducación y las sustancias psicoactivas: alcohol, marihuana, cocaína, heroína, anfetamina etc. Me motivan dos propósitos. El aumento de consumo de drogas en la población joven, y los trastornos psiquiátricos asociados al consumo que originan el internamiento. Un tercer propósito sería de tipo psicosocial: las consecuencias de deterioro familiar, personal, trabajo, estudio y proyecto de vida funcional y armónico que se le dificulta a los consumidores y adictos a las drogas, y otras conductas adictivas. En nuestro país las edades de inicio al consumo de drogas han disminuido 13-15 años. Muchos se inician en la escuela, otros en cualquier actividad de socialización con grupos. A veces, los inicios son con drogas legales: alcohol, nicotina; sin embargo, muchos jóvenes pasan al consumo de drogas ilegales: marihuana, éxtasis, cocaína, crack etc. No importa si el consumo fue por recreación, experimentación, moda, por presión social, o para sentirme parte del grupo, etc.

Existen cientos de jóvenes en cuyas familias viven personas con historia de adicciones y ellos no lo saben; pero una vez empieza con el consumo, se le hace difícil parar o posponerlo, teniendo una conducta adictiva ansiosa, recurrente y de alto riesgo psicosocial. En los últimos congresos de patología dual, a los que he asistido, se habla mucho del trastorno cognitivo relacionado al abuso de sustancias psicoactivas. Desde una perspectiva neuropsicológica, se explica el deterioro cognitivo que sufren los adictos a drogas; además, del deterioro conductual, emocional y psicosocial que van teniendo donde los consumidores y adictos, cosas que se niegan a aceptar.

Los fenómenos más estudiados comprenden la sintomatología referente al deterioro de la memoria, el aprendizaje, la atención y concentración, la memoria de trabajo y las funciones ejecutivas. Es cierto que hay drogas más neurotóxicas que otras, como son heroína, cocaína, éxtasis; donde el área cognitiva está más afectada y en menos tiempo que otras drogas. Sin embargo, los trastornos psiquiátricos, conductuales, agresividad, violencia y los trastornos de los impulsos, también, son más frecuentes en estos adictos.

A veces durante la intoxicación y la abstinencia de sustancia se observan estos cambios cognitivos en los adictos. Pero también se observa la pobreza en el razonamiento abstracto o la resolución de problemas, o pobre razonamiento del juicio crítico, y pérdida de las habilidades y destreza para resolver conflictos o situaciones de la vida diaria.

Me preocupan las reflexiones de algunos jóvenes que minimizan el daño de la marihuana y refieren: “es una droga no adictiva, que no es tóxica, ni hace daño, y la puedo dejar cuando yo quiera”. Siempre les digo el cambio y modificación que producen las drogas en el cerebro, en los neurotransmisores: dopamina, serotonina, norepinefrina, glutamato, acetilcolina etc. Además, el síndrome de desmotivación que produce la marihuana, donde el consumidor empieza por perder el interés, la motivación, la persistencia en el apoyo de la vida, la autoestima, el auto concepto y la competitividad social. De ahí se habla del proceso de “deambulación sin propósitos” o del “síndrome de la carretilla”, donde el consumidor de drogas va disminuyendo sus potencialidades, sus habilidades y destrezas; pero sobre todo, el deterioro cognitivo, su lentitud mental, su torpeza para generar soluciones a problemas que antes eran complejos, pero ahora son simple y no sabe qué hacer. El déficit cognitivo y el deterioro de funciones ejecutivas son notorias en los consumidores y adictos a las drogas. Y ni hablar el deterioro de las relaciones familiares, de parejas, interpersonales y grupales. Solamente aquellos que reciben la psicoeducación y son conscientes de su problemática psicosocial, aceptan los tratamientos y mejoran su condición neuropsicológica y psicosocial.

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