El detonante de la violencia

El detonante de la violencia

Los diversos medios de comunicación invaden y apabullan a todos los países de la  Tierra, y como cada medio busca la notoriedad con sus informaciones, son cada vez agresivos y arriesgados. De ahí que vemos de cómo los reportajes y noticias de toda clase invaden los hogares en deprimentes informaciones.

 Los medios de comunicación son eficaces instrumentos para ilustrar a las sociedades, pero por igual, son grandes estimulantes para el deterioro social que vive el mundo, donde el derrumbe moral se acrecienta cada vez más y se rompen todos los frenos que alguna vez canalizaban los instintos indomables de los seres humanos, que los convertía en seres socialmente más estables y eficientes para sus comunidades.

 Con el incremento de la población mundial, los medios de comunicación arropan a todas las sociedades, y con la agresividad por cada uno de buscar la noticia que impacte o el reportaje que cautive  al público, casi siempre sediento de lo que ya están acostumbrados a buscar en un morbo exacerbado por informaciones  arriesgadas en cuanto a la ferocidad de los hechos que describen o plasman  en imágenes.

 Esa competencia de los medios de comunicación de ser más agresivos en informar y ser más crudos en sus noticias, es lo que está contribuyendo sobremanera, junto al deterioro de la familia y su derrumbe como ente de unión de la sociedad, a que la violencia campee por sus fueros y lleve a la juventud a involucrarse en acciones, o que conlleven a buscar dinero a como dé lugar, o agredir a sus semejantes en espantosos baños de sangre, como ocurre en  México con las continuas masacres entre los narcotraficantes.

No hay dudas de que los hechos de violencia son el principal material para alimentar a los medios de comunicación. De ahí vemos cómo los periódicos de muchos países tienen un sector denominado la prensa amarilla  que se nutre de la violencia y destacan cómo les chorrea la sangre por sus páginas o brotan de las imágenes televisivas.

Localmente aquí no hay una prensa amarilla empeñada en tales menesteres, pero los medios impresos  llenan sus páginas de una violencia en aumento, que no tiene fin, que acaba cotidianamente con la vida de seres humanos, ya sea de parejas por celos, o de jóvenes enfrentados por las disputas por la posesión de dinero provenientes de las drogas.

El incentivo de la violencia y su amplia proliferación, que a  la sociedad dominicana tiene alarmada, provoca que casi nadie  se atreve a salir de noche de sus hogares por el temor de ser asaltados.

Hay una impunidad generalizada en los actos de violencia, incentivada  por el despliegue en los medios de comunicación y por la impunidad con que se cometen, muchas veces por integrantes de los cuerpos castrenses  o policiales,  que con sus armas de reglamento  van decididos a acabar con la vida de una ciudadanía que fue quien los equipó y les paga sus sueldos con los impuestos que aporta al fisco. 

Tantos actos de violencia, que se describen en  los medios de comunicación tradicionales,  tendrían que relegarse  a otro tipo de prensa  focalizada, o destinarlos al mundo virtual de los periódicos digitales, que si bien ya tienen un buena acogida,  no tiene en el país el alcance a la escrita o de la televisión o de la radio interactiva.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas