El día de la no violencia

El día de la no violencia

La conmoción que produjo el bárbaro asesinato de las hermanas Mirabal (Minerva, Patria y María Teresa) y del leal amigo Rufino de la Cruz por orden de Trujillo, ejecutada salvajemente por sus esbirros un día 25 de noviembre, provocó que la ONU declarara esa fecha “Día Internacional de la Eliminación del Violencia contra la Mujer.” Varios países han hecho reales esfuerzos y otros algunos intentos de contener esa hemorragia maldita que viene a ser una epidemia social en nuestro país que, en lo que va de año ya sobrepasa los 175 femenicidios que dejan en orfandad a hijos familiares privados del cuidado y cariño de la víctima.
El elenco de agrupaciones y la calidad de dirigentes feministas comprometidas con su defensa, es impresionante: Magaly Caram, Lourdes Contreras, Tahira Vargas, Marien Capitán, Rosario Espinal, Magda Pepén, Chiqui Vicioso, Altagracia Salazar, Edith Febles, Ángela Peña, Nexcy de León, Minerva lsa, Aida Cartagena, Magaly Pineda, entre otras muchas, constituye una cantera. Que no se agota, a la que se suma una cantidad de hombres con iguales sentimientos de solidaridad, de igualdad y de respeto, proveniente de diferentes capas sociales y económicas que no alcanzan entender, aunque se explican, el porqué de tanta violencia, de tanta saña, tanto odio, tanta intolerancia contra la mujer y la madre, que viene a ser la criatura más sublime, más pura, más abnegada por su amor, entrega y sacrificio.
Porque ante este fenómeno de violencia intrafamiliar que llega al extremo del crimen y del suicidio con frecuencia, parece no tener fin; y no lo tendrá mientras un “Director” de la Policía Nacional (El Jefe de la policía) les pide a esos hombres desgraciados, traumatizados, sin conciencia del mal que cometen, “¡Por Dios! Que por favor sean más tolerantes, más comprensivos…” Y el Primer Mandatario de la Nación, en ese día memorable, “extiende su mano amiga a todas las mujeres y familias afectadas por las consecuencias del machismo irreverente y descarnado” y admite, como un ciudadano cualquiera “la necesidad de reforzar los esfuerzos” para combatirlo.
Mientras a la Primera Dama de la República, figura simbólica y respetable, se le asigna del Presupuesto Nacional, según se afirma, ¡800 millones de pesos! “para combatir sin tregua ese flagelo… “Entretanto la prensa pone el grito en sus editoriales más sigue destacando en primera página el morbo que vende, la gran noticia que alienta otros crímenes horrendos que exacerba el pavor y el miedo, sin que exista una política pública institucional efectiva, orientadora, trazada por expertos y especialistas, nacionales e internacionales que identifiquen las causales de un problema multifactorial y complejo y su correctivo en el corto y largo plazo, que comprometa al poder político y las instituciones del gobierno central y municipal y la sociedad organizada, a los centros educativos y de trabajo, a las iglesias, a las familias, en una campaña intensa, militante que de vuelve la fe perdida y libere del miedo y la impotencia a una población angustiada, y evite que un día cualquiera como Fuente Ovejuna en su desamparo decida hacerse justicia por sus propias manos.

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