La celebración el pasado lunes del Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, bajo los auspicios de la UNESCO, constituyó un hecho de real significación para el mundo actual, reafirmando la capacidad de esta esencial manifestación humana para congregar a personas de diferentes culturas en torno a valores comunes que contribuyen a la salud, la superación y la solidaridad.
La Asamblea General de la ONU celebrada en agosto del 2013, aprobó mediante resolución proclamar el 6 de abril de cada año Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz. A partir del 2014 por primera vez se inició tan importante festividad con un mensaje de la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, quien sostuvo que el deporte es una forma esencial de expresión humana que contribuye a acrecentar la dignidad humana y de fortalecer las sociedades en su conjunto.
Se ha resaltado la trascendencia de esta singular actividad corporal humana en la promoción de valores como la igualdad, el respeto mutuo y la deportividad, figurando en las políticas públicas que tienden a impulsar el cambio social y los Objetivos del Milenio.
Con ocasión de esta segunda edición han reafirmado los aportes del deporte como vector de inclusión social y plataforma para difundir los principios y metas que todos pueblos requieren hoy en día para superar las desigualdades y hacer frente a todas las formas de discriminación partiendo de la confraternidad y el juego limpio.
Los ideales impulsados por la ONU y la UNESCO influyen de forma determinante en la conformación de un mundo cada vez más tolerante y comprensivo a través de la práctica sana de las actividades físico-deportivas, desechando las trampas y acciones negativas que atentan contra la ética y la moral.
También el Día Internacional del Deporte debe servir para que los gobiernos se comprometan cada vez más a realizar mayores inversiones de recursos financieros en el sector, entendiendo que una población mejor entrenada y recreada, es menos vulnerable a las enfermedades y está en condiciones de ser más productiva a la sociedad.
El momento es propicio para crear conciencia de que el hecho deportivo es una actividad fundamental, que debe contar con el pleno respaldo de las organizaciones internacionales competentes, las organizaciones deportivas regionales, nacionales, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado.
En el plano doméstico la actual administración desde su instalación través del Ministerio de Deportes, ha sintonizado con estas directrices desplegado una serie de iniciativas de carácter masivo bajo el criterio de que éstas constituyen un derecho fundamental de toda la población como está consagrado en nuestra Carta Magna. Hay que reconocer que nuestro deporte en las vertientes competitiva, de tiempo libre e informal, ha tenido un incuestionable avance, lo mismo que la capacitación de los técnicos deportivos de las distintas disciplinas. Otro aspecto notable ha sido la provechosa participación de nuestros representes en los foros internacionales, destacándose la elección del connacional Marcos Díaz como presidente del Consejo Americano del Deporte. Sin embargo, tenemos que reconocer que si bien las actuales autoridades deportivas oficiales se han caracterizado por un manejo transparente de los recursos asignados en el presupuesto, priorizando los renglones estratégicos, todavía se requieren mayores asignaciones ante la creciente demanda de servicios.
Retomando el tema del Día del Deporte, uno de los logros más plausibles de la presente gestión, son las distintas versiones del Festival Deportivo de la Frontera con la participación de atletas de las comunidades limítrofes dominicanas y haitianas, en el marco de los lineamientos de la UNESCO como instrumento para la paz y el desarrollo.