República Dominicana tuvo el apoyo de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA)

El 5 de diciembre de 2024, en el Puerto Multimodal Caucedo, en Boca Chica, era una aparente noche normal, como todos los días. Cerca de las 9:00, sin embargo, se mantenía una alerta que solo la conocían los principales organismos antidrogas del país. Con una temperatura agradable, propia de la época, unos 22 grados, sería la fecha que quedaría marcada en la historia de República Dominicana.

El coronel Cristóbal Comprés Rondón, encargado de Seguridad Militar del puerto se comunica con el presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), el vicealmirante José Manuel Cabrera Ulloa y con Henry Abreu Vásquez, director del Centro de Información y Coordinación Conjunta, a quienes les informó sobre «unas operaciones inusuales en el bloque C» de esa terminal de la provincia Santo Domingo.

Los trabajos de inteligencia indicaban que llegarían varios contenedores con unos 250 millones de dólares (15,200 millones de pesos, aproximadamente), pero en 9,889 pacas de un kilo cada una, con cocaína, según el análisis forense y de acuerdo con la solicitud de medida de coerción del Ministerio Público contra ocho encartados en la denominada operación «Panthera 7».

Las pacas estaban selladas e identificadas con logos de diferentes tipos, entre los que figuran marcas de carros, nombres de animales, de ropas, de banderas y otros. La droga entró por varios puntos del país, dijeron las autoridades locales, quienes detallaron que los responsables del ilícito usaron algunas de las mismas rutas que por años han preferido los traficantes a gran escala.

La sustancia, según el órgano acusador, fue traída desde Colombia, llegó al puerto criollo y recibida fuertemente custodiada por «clavadores«, hombres armados y encapuchados, quienes al percatarse de la presencia de los agentes antidrogas, huyeron, según las informaciones oficiales.

Dos horas más tarde, luego de confirmar lo que los trabajos de inteligencia habían dictado, fue hallada la citada sustancia, y por la cual responsabilizan a ocho personas, entre ellas José Nicolás Castillo Hart (a) “Nikito”; Winston Armando Tejera Rodríguez (a) “Barbikin”; Cristian Rayner Canela Aybar; Nelson Neftalí Mercedes Lugo y Dulvi Jesús De los Santos.

También, figuran Enriquillo Luis Brito y Enrique José Luis Brito, señalados por el Ministerio Público como miembros de una red internacional de narcotráfico y lavado.

El pasado lunes el presidente de la DNCD reveló que dos de esos detenidos, a quienes se les solicitó medidas de coerción, son los cabecillas de la presunta red.

«De los siete que se van a procesar, hay dos que son los principales de la organización en la República Dominicana. Esto no quiere decir que, cuando hagamos las evaluaciones con el Ministerio Público, no surjan otras informaciones», indicó Cabrera Ulloa, durante su participación en La Semanal con la Prensa, desde el Palacio Nacional.