Hoy 
Hace varios años, viendo el documental de René Fortunato, La Violencia del Poder, el cual narra de manera magistral los hechos que más laceraron la conciencia colectiva del país, durante la tristemente recordada época de los 12 años de Balaguer, y en donde gran parte de una generación de jóvenes y adultos pensantes fueron asesinados, torturados, desaparecidos, y los que tuvieron mejor suerte fueron llevados a los centros penitenciarios más temidos, como era el caso de La Victoria.
En fin, me puse a reflexionar sobre mi niñez en los barrios Rabo Duro y El Hoyo. Con una cinematográfica pasión, me monté sobre el los rieles de un pasado, en donde de cerca reconstruí, (como pude), los chillidos de La Perrera cuando esa tarde, 23 de marzo de 1978, ya muy próximo a las 5, vi con inusitado asombro, el mencionado vehículo que con un Felipe García (El Diablo Negro), Candoy y otros que más luego pude comprobar que eran los llamados terrores de Salcedo, entraron por el patio de mi casa, del barrio Rabo Duro, para penetrar hasta la vivienda de Miguel Martínez (Miguelín), quien pertenecía a uno de los movimientos políticos de izquierda que buscaban un cambio en donde no hubiera tantas desigualdades sociales, como era el caso de Los Trinitarios, cuya cabeza nacional lo fue Guillermo Ruborosa Fermín.
Mi madre (lavandera ella, trabajo con el que nos mantenía), no dejó esconder tampoco su asombro y de inmediato, al ver la correría y la rompedura de los alambres y todos esos uniformados por doquier, corrió tras mi búsqueda para evitar algo peor.
Esa tarde Rabo Duro estaba militarizado, sus calles se convirtieron en propiedad exclusiva del Jefe de la Policía, General Neit Rafael Nivar Seija y de un temible coronel, (azote este de los grupos revolucionarios), al que años más tarde supe que era el mismo demonio en persona: Mocho Henríquez.
Esa tarde apresaron a Miguelín, (nuestro vecino), en la misma cuadra vi cuando montaron al señor Antonio Lora (Antonio Risita), ya en La Perrera estaban otros que como Sayo Alvarez, Miguelo el taxita, Francisco Rodríguez (Francisco La Paz), Mario, Milía González y otros tantos que complotaban para inscribir a Salcedo en el mapa de los pueblos que luchaba por su libertad inmediata.
Desde ese mismo momento, Chevo Regalado se convirtió en el hombre más buscado por el entonces Coronel Severiano Santana Then (ese era el mismo teniente Then que años antes estuvo en Salcedo), por el mismo jefe policial y en donde Moncho Henríquez puso todo su intelecto para exterminar físicamente a quienes no se dejaron apresar, cosa esta que hasta cierto punto lo logró.
Sin embargo, tanto Chevo como otros pertenecientes a Los Triniarios, consiguieron que un grupo de notables de esta provincia lo entregaran y finalmente tanto él como los demás hoy pueden dar testimonios de esto que les he narrado.
NOTA: Al otro día (sábado) en la ciudad de Baní mataron a Víctor Domínguez, oriundo de San Francisco de Macorís y el domingo posterior, en San Pedro de Macorís, fueron asesinados en el sector Las Filipinas quien fuera reconocido como uno de los luchadores revolucionario más aguerridos de esa difícil época y quien además dirigía Los Trinitarios: Guillermo Ruborosa Fermín, quien cayo junto a sus compañeros, Rafael Ernesto Custodio y Roberto Henríquez.
