Merilenny Mueses 
Entre risas nerviosas y miradas de asombro, un grupo de niñas recorrió algunos de los lugares más emblemáticos del país con un propósito claro: ser escuchadas. En sus manos llevaban no solo banderines y carteles, sino sueños y demandas que resonaron con fuerza en cada rincón que visitaron. Era su día, el Día Internacional de la Niña, y con palabras valientes, decidieron hablar de lo que les duele, lo que necesitan y lo que esperan para su futuro.
Desde que se subieron al autobús para ir a instituciones como el Ministerio de Educación de la República Dominicana(Minerd), la Policía Nacional o el Congreso, la emoción llenaba el aire. Las pequeñas, con rostros iluminados por la esperanza, sabían que tenían una misión: pedir un cambio real.
No se trataba solo de discursos, sino de poner en palabras lo que llevan en el corazón. Y a medida que avanzaban por la ciudad, las personalidades que las escuchaban asentían, comprendiendo que el futuro del país descansa en la valentía de estas niñas que, aunque jóvenes, ya entienden la importancia de luchar por un mundo más justo.
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Anny, una adolescente de 16 años que conversó con periodistas del Hoy, confesó que ni siquiera tenía hambre de la emoción.
Primera parada: Policía Nacional
El sol apenas comenzaba a calentar cuando el recorrido inició en las instalaciones del Departamento de Investigaciones y Tráfico Electrónico (DINTEL) de la Policía Nacional. Allí, las niñas aprovecharon para alzar la voz en torno a una de las problemáticas que más las preocupa: la seguridad en las calles.
Clamaban por sentirse libres de acoso o violencia, pedían campañas de sensibilización para saber cómo actuar en situaciones de acoso o abuso. “Anhelamos ver un mayor personal de policías en los espacios… nos gustaría ver a la Policía Nacional de aliado cuando busquemos apoyo”, expresó una de las pequeñas oradoras.
Educación: el derecho a espacios dignos
La siguiente parada fue en el Ministerio de Educación, donde las niñas compartieron sus experiencias y preocupaciones sobre la seguridad escolar, quieren espacios dónde no tengan que preocuparse “por el bullying o el acoso por parte de compañeros o incluso profesores”, exclamó la segunda disertante en nombre de todas las niñas del país.
Otra problemática esencial es las condiciones en las escuelas. Exigen baños limpios. “Para nosotras es fundamental contar con baños limpios, privados y seguros, que nos permitan gestionar nuestra menstruación con dignidad”,
Dijo con firmeza.
El Congreso: leyes que protejan a la niñez
El recorrido continuó hacia el Congreso Nacional, donde las niñas expresaron sus deseos de ver más leyes y políticas que protejan sus derechos. La emoción se sintió en el aire cuando hablaron de la importancia de tener una voz dentro del marco legal que las protejan del abuso infantil.
Con la misma sensatez enfatizaron en que los legisladores eliminen las uniones tempranas.“Estas prácticas no solo nos exponen a situaciones de violencia, sino que también limitan nuestro desarrollo personal y perpetúan ciclos de pobreza”, afirmó la disertante.
Además, pidieron protección ante la era digital “que la legislación aborde la creciente amenaza del acoso en línea, un fenómeno que nos afecta cada vez más. Vivimos en un mundo conectado, y a menudo nos enfrentamos a situaciones de acoso y difamación en las redes sociales”, señalaron.
Parada final y mensajes para recordar
El reloj marcaba las 2:00 de la tarde cuando cada niña subía las escaleras de la Biblioteca Infantil y Juvenil de República Dominicana y posteriormente se acomodaban en el auditorio, listas para escuchar mensajes de figuras como la primera dama, Raquel Arbaje, quien se proclamó como “la tía de todas” y la ministra de la mujer, Mayra Jiménez, dónde una cosa quedó clara: “El cielo es el límite”.
Luego de escuchar cómo las niñas son importantes y sus deseos y reclamos merecen ser evaluados y solucionados, salieron del auditorio con frases del estilo “No me quiero ir”, “me encanto la experiencia” y “fue muy divertido”.
Cada una expresaron sus sueños al periódico Hoy, donde Anny quiere ser médico obstetra porque le gustan mucho los niños y ayudar a las personas, y otra de las infantes quiere ser “una gran educadora”.
Este recorrido fue una iniciativa de Plan Internacional República Dominicana, que invitó a instituciones como el Consejo Nacional para la Niñez y Adolescencia (Conani), Supérate y Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
