Este es el título de una novela de la autoría de Irvin D. Yalom, psicólogo de profesión y que tiene a su cargo una cátedra de psiquiatría en la Universidad de Stanford. Friedrich Nietzsche fue un filósofo alemán, poeta, músico y filólogo, considerado uno de los filósofos más importantes de la filosofía occidental, cuya obra ha ejercido una profunda influencia tanto en la historia como en la cultura occidental.
El pasado mes estuve disfrutando de aires culturales en la hermosa Viena. A mi regreso de Europa el primo psiquiatra, Dr. Enrique Silié me prestó ese libro, el cual me permitió seguir pensando en la ciudad de los palacios, ciudad donde se desarrolla la novela. Conocí la obra de Nietzsche en mi infancia y de este recuerdo su figura con grandes bigotes en escobillón y sus célebres sentencias –como su famoso Dios ha muerto- convertida en una de las más leídas. Su obra constituye un giro radical en la filosofía occidental, es uno de los padres del romanticismo y todavía hoy es necesario leerlo para comprender las claves de nuestro tiempo. Se preguntará el amable lector cómo a este filósofo tan denso en su producción pudiera ser comprendido por un jovenzuelo. Les explico: mi tía abuela, la profesora María Josefa Gómez Uribe, Nenena para la familia y la Srta. Gómez para los demás, la escuela primaria de Salcedo lleva su nombre. Ella al visitarnos nos obsequiaba siempre libros de literatura infantil y bien recuerdo haber leído sobre el mito y la tragedia de Prometeo, de la autoría de este filósofo alemán en mi temprana adolescencia.
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El libro “El día que Nietzsche lloró”, es una novela compleja, que se sitúa a finales del 1882, entre noviembre y diciembre, y está ambientada en Viena en una sociedad muy estructurada y alto nivel económico. Recordé que en el tour que hicimos por la capital austríaca nos mostraron las casas donde vivieron respectivamente Freud y Nietzsche. La trama describe una joven Lou Salome, que lleva a cabo una cita con Josef Breuer, un célebre medico vienés, y cuyo objetivo es que Friedrich Nietzsche no se quite la vida, un atormentado filósofo alemán, por supuesto nada conocido para la época, con tendencia suicida según Lou Andreas Salome. Breuer, impactado por la tenacidad de la joven acepta el desafío que la joven desconocida le propone, tratar de ayudar a este don nadie que supuestamente tiene mucha inteligencia. Breuer se da cuenta del verdadero genio que posee Nietzsche. Recibe la colaboración de un joven amigo con quien disfruta discutir sobre el estado de la medicina de la época: este joven es Sigmund Freud. Ambos van descubriendo los conceptos que luego servirán para fundar el psicoanálisis.
Es un libro para reflexionar. En la pág. 372 del libro indica el autor y le cito: “Entonces Breuer, se percató de que no le quedaban ideas (durante una sección de psicoterapia). Por otra parte, quedaba poco tiempo. Nietzsche no permanecía tan comunicativo como antes. De pronto, Nietzsche se quitó las gafas, hundió la cara en su pañuelo y empezó a llorar”. Enfocándonos en Nietzsche, en la novela logra superar un amor del pasado y durante la relación que van forjando nace la inspiración para lo que luego será su próximo libro, quizás su obra capital, de seguro la más famosa producción. “Así habló Zaratustra”. Donde dice que: “El hombre ama dos cosas, el peligro y el juego. De ahí que ame a la mujer, el más peligroso de los juegos”.