El diagnóstico del cascabel

El diagnóstico del cascabel

Cualquier ciudadano dominicano, sin importar nivel académico, ideología política, religión o condición social, puede dar conferencias sobre los problemas de nuestra nación. Estamos saturados de programas de opinión, interactivos, seminarios, congresos y “foros” para discutir crisis en salud, educación, transporte, turismo, delincuencia, corrupción civil o gubernamental, etcétera, y en todas estas actividades se aprecia un elemento común: Somos expertos o especialistas en diagnosticar problemas, pero demostramos una incapacidad aberrante para encontrar soluciones.

Ejemplo patético de lo anterior, es la reciente propuesta del presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, de realizar un Encuentro Nacional para determinar las causas de “la expansión del narco y la violencia” en el país, lo cual trajo a mi memoria la fábula de Esopo, retornada en sus versos por Samaniego, sobre la famosa reunión de los ratones, para controlar las atrocidades de un gato exterminador, donde concluyeron que la solución era ponerle un cascabel que anunciara su llegada, fantástica idea, pero irrealizable porque nadie aceptó ponerle el cascabel al gato, ejemplo histórico de diagnóstico excelente sin tratamiento posible.

Eso hacemos cuando agotamos largas jornadas de análisis: Miles de diagnósticos sin una sola propuesta razonable y práctica, pero, si llegara a surgir alguna brillante, como la del cascabel, aparece un irresponsable que la propone sin capacidad o valor para realizarla, como es el caso del propio presidente de la Suprema Corte de Justicia, funcionario que debe saber, más que nadie, que el cascabel al narco, la violencia y la corrupción debe ponérselo la dama con los ojos vendados, una balanza y una espada, llamada Justicia, y cuya máxima representación en el país es precisamente él.

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