El diagnóstico está; falta la cura

El diagnóstico está; falta la cura

El director de Impuestos Internos, Magín Díaz, ha hecho un diagnóstico descarnado de las distorsiones que han atrofiado nuestro sistema tributario hasta volverlo “inequitativo, ineficiente e insuficiente”. Su discurso ante la Cámara Americana de Comercio fue una confirmación del dominio que tiene de esta asignatura, que Díaz avala con amplio currículo y dilatada experiencia. Pero hay que ver ese diagnóstico como una pieza más en la colección de radiografías del sistema tributario que hemos acumulado viendo cómo agrava el paciente.
Para una enfermedad tan grave como el deporte de evadir impuestos que practican los dominicanos, y la adicción a otorgar y justificar exenciones propia de nuestros gobiernos, son necesarias soluciones heroicas y profundas, y no placebos tangenciales como los que han abundado en cada “reforma fiscal”. El país demanda cada vez más ingresos para su desarrollo, pero en vez de los gobiernos abocarse a hacer lo que muchos diagnósticos prescriben, han preferido recurrir al clientelismo y el endeudamiento, con tal de no asumir los costos políticos de una auténtica reforma.
El titular de la DGII ha hecho una exposición valerosa del crimen fiscal que se comete contra el país. Sin embargo, hay que esperar que del diagnóstico pasemos a aplicar la cura definitiva de los males, y que el remedio no termine matando al enfermo.

Esto exige más que un lamento

Si un adolescente muere electrocutado en las instalaciones de una escuela ¿cómo explicar que apenas una semana después muera una estudiante en circunstancias similares?. Las muertes de Ángel Tapia Martínez, de 16 años, y de la niña Sunelly Arias, de 12, ocurridas el jueves de la semana pasada y el martes de esta semana en las instalaciones del Centro Educativo Mauricio Báez, de Los Guaricanos, obliga a realizar una investigación profunda que permita determinar con claridad las circunstancias de los hechos.
Si el primer caso motivó el cierre temporal del plantel, y probablemente una revisión de las instalaciones eléctricas, cómo explicar que días después haya un tubo electrificado que cause la muerte a una estudiante. Estas tragedias requieren muchísimo más que un simple “lo siento”.

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