El diálogo es lo más sensato

El diálogo es lo más sensato

Haití restringió, sin previo aviso, el ingreso terrestre de 23 productos dominicanos. Aunque usó un método inadecuado y unilateral, en esencia hay un innegable ejercicio de derecho. Mejorar los ingresos fiscales es para Haití un asunto crucial y su Gobierno entiende que puede lograr mejor control de sus recaudaciones aduanales si concentra en unos cuantos puertos marítimos y aeropuertos el ingreso de las mercancías dominicanas que ingresaban por tierra. Es un ejercicio legítimo, aunque mal encaminado.

Pero si para Haití es vital mejorar las recaudaciones y fortalecer sus finanzas, para la República Dominicana es crucial que el impasse causado por las restricciones se resuelva lo antes posible. En el poco tiempo de vigencia de la medida, los productores y exportadores dominicanos han sufrido severas pérdidas. Y en Haití, la presión social por la escasez de esos productos hace temer estallidos violentos.

Lo anterior justifica la defensa del canciller Andrés Navarro al proceso de diálogo entre los gobiernos dominicano y Haitiano. Lo pragmático, lo correcto, es dialogar con nuestro segundo socio comercial en importancia y ayudarlo a remediar errores de estilo como la restricción adoptada. Las circunstancias aconsejan dialogar y tratar de lograr que se mantenga el ingreso terrestre de esos 23 productos al mercado haitiano.

Desapariciones angustiosas

Carla Massiel Cabrera Reyes, de 9 años, y Faceli Turbí, de 10, forman parte de una lista de menores desaparecidos en circunstancias hasta el momento no esclarecidas. La Policía prometió desplegar esfuerzos extraordinarios para tratar de resolver estos casos, pero ningún resultado se tiene. Otro caso lamentable, el de Deyanira García Sosa, de 13 años, tuvo un desenlace trágico. Fue encontrada muerta, con signos de violación, en unos matorrales de Bonao y al parecer las autoridades no han dado con los autores de esta atrocidad.

Estamos removiendo estos casos para demandar un mayor esfuerzo de las autoridades en las investigaciones de estas y otras desapariciones de menores. Para las familias afectadas y para toda la sociedad es angustiosa la bruma de silencio, de falta de respuesta, que rodea cada evento.

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