El diálogo solo sería posible restableciendo el orden en Haití

El diálogo solo sería posible restableciendo el orden en Haití

La urgencia de enviar una misión pacificadora internacional al territorio haitiano ha sido reafirmada por República Dominicana en voz de su presidente Luis Abinader ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este país cree en la vía diplomática para superar el conflicto que, en defensa de su soberanía y del orden público, obligó a cerrar la frontera entre los dos países. Esto, sin apartarse de la firme y única posición que le es posible asumir: que es ilegal y violador de tratados y del derecho internacional la construcción de un canal que monopolizaría las aguas del río Masacre. Aquí nace y desde aquí descarga al mar tras breve paso por Haití.

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Disponer el rescate de un país dominado por grupos armados que no representan al Estado haitiano (más bien sometido a ellos) está en manos del Consejo de Seguridad, órgano dominado por una minoría de potencias mundiales que generalmente toman decisiones a partir de sus poderosos intereses y propósitos hegemónicos sobre el planeta.

La exacerbada polarización actual entre el bloque occidental y el euroasiático encabezado por Rusia y China, investidas de poder de veto, no debería impedir que el pueblo haitiano sea librado de la destrucción y la muerte que anulan la institucionalidad y la autodeterminación de ese pueblo. El jefe de Estado dominicano lo subrayó categóricamente: se agotó el tiempo para tomar decisiones. La permanencia de anarquía y de ingobernabilidad en Haití resultan el único impedimento al diálogo productivo.

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