El diálogo y la reforma

El diálogo y la reforma

Las abundantes propuestas presentadas por las “fuerzas vivas” en el gran diálogo obligan a mirar hacia la reforma constitucional. En principio se ha considerado  un paso acertado el haber aplazado el conocimiento del proyecto de reforma para permitir el desarrollo del diálogo. Para esta decisión, que obedece a condiciones planteadas por participantes en el diálogo, se  ha partido de la oportunidad o inoportunidad del conocimiento de este proyecto en pleno desarrollo de la búsqueda de consenso para una agenda nacional. Pero entre las abundantes propuestas, posiblemente haya algunas que requieran ser consignadas en la Constitución y, a partir de esa posibilidad, hay que evaluar si es necesario modificar el contenido de la propuesta de reforma en manos del Congreso.

En el diálogo se han hecho propuestas concretas sobre requisitos para obtener la nacionalidad dominicana. Hay consenso para que sea por jus sanguinis en vez de por jus solis. Eso  es materia constitucional. También hay planteamientos sobre reordenamiento territorial y habría que determinar si esto también debería  constar en la Constitución. El diálogo, que va teniendo resultados promisorios, nos colocó en principio ante la inconveniencia de conocer la reforma a la carta en medio de las deliberaciones. Ahora algunas de las propuestas hechas en el diálogo  parecen aconsejar una revisión del proyecto de reforma.

Bajas de costos y precios altos

En una reunión que sostuvo el  Presidente Leonel Fernández con  productores e importadores de materias primas de harina de trigo, pastas y leche líquida y en polvo se acordó producir rebajas de precios de hasta un 15%. El Gobierno ha promovido encuentros con sectores comerciales y productivos, tratando de lograr el desmonte de precios injustamente altos en productos de primera necesidad.

A pesar de que el factor petróleo ha cesado su presión sobre todos los costos industriales y comerciales, algunos sectores no han hecho desmontes proporcionales en los precios al consumidor, alegando  reposición de inventarios y otras particularidades. Sería justo que la población pueda sentir el alivio que ya disfrutan la industria y el gran comercio, pero que se resisten a transferir hacia los precios al detalle. Ya se anuncia una baja de un 13% en los fertilizantes y hasta de un 15% en otros productos. Pasemos de las palabras a los hechos.

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