El diccionario de fraseología del español dominicano (I)

El diccionario de fraseología del español dominicano (I)

Frase es un dicho, una máxima, sentencia, concepto, fórmula, moraleja y otras cosas más, que se dicen en una pluralidad de términos para precisar la expresión, cuando en los menesteres del habla no alcanzamos con una o más de una palabra a precisar el contenido de nuestro pensamiento. Esto no pretende afirmar que con tal segmento estamos agotando un sentido completo. No, señor. Aunque una frase pueda alcanzar sentido completo, ella se limita a ser parte de una expresión del segmento sintáctico oracional que nos sirve para cumplir el proceso de intercambio entre pares.
No es que no exista una oración con una sola palabra. Si a la pregunta ¿Irán todos a la tertulia? Una contestación: /Sí/, o /Iremos/, con una sola palabra bastará para entendernos.
/Guayar la yuca/ o /lo que abunda no daña/ son modelos de este recurso para perfeccionar el mensaje, con valor de intercambio. Unas formas corresponden a las derivaciones: campesino, ‘hombre de campo’; a) Atunero, ‘barco destinado a la pesca de atún’; b) ‘pescador de atún’.
Otras revelan palabras compuestas: a) terrateniente, del latín tierra (terra) y (tennens) (que tienen): persona que posee tierra, especialmente la que es dueña de grandes extensiones agrícolas’; b) puericultura: del latín (puer): niño, y (cultura) ‘ciencia que se ocupa del sano desarrollo del niño’.
Otros acercamientos del lenguaje, aunque marcan un significado preciso, no siempre se manifiestan en un enlace perfecto de vocablos, sino que se aproximan y son suficientes para portar el contenido de la expresión del hablante.
/Expresión/, precisamente ese es el valor que los griegos transmitieron a los latinos y que se fijó en castellano como frase, del latín “phrasis”.
Bañar es un verbo transitivo, cuyo significado es ‘meter el cuerpo’ o parte de él en agua o en otro líquido, por limpieza o por refrescarse o con un fin medicinal.
Baño es también acción y efecto de bañar. Y encontramos otros sentidos, con aportaciones para usos determinados. Son éstos algunos modelos frente a los cuales no hemos alcanzado la decisión de introducir una derivación ni una composición de términos (palabras compuestas). Nos valemos entonces de otro recurso: palabras en sucesión dentro el segmento, pero sin entrelazarlas: Baño ruso, en Méjico, baño de vapor seguido de un masaje y de un baño en agua fría.
Baño de María: recipiente con agua caliente en el cual se mete otra vasija para que su contenido reciba un calor suave y constante en ciertas operaciones químicas, farmacéuticas y culinarias.
Baño turco: En el que se somete el cuerpo o parte de él a la acción del calor del agua o de otro líquido caliente.
A éstas y a otras profundidades acerca de la materia penetraron los valiosos y sagaces investigadores de la Academia Dominicana de la Lengua (ADL), para desentrañar el inestimable renglón de las frases, giros, dichos, locuciones, expresiones, frases hechas, oraciones, proposiciones, adagios, refranes, proverbios, etc. Equipo de investigadores entusiastas, laboriosos y tenaces que se entregan bajo las sabias orientaciones del director de la Academia, el doctor Bruno Rosario Candelier y María José Rincón González, su eficiente colaboradora, que concluyeron exitosamente el flamante Diccionario fraseológico del español dominicano, el cual analizaremos la próxima semana, segunda entrega del tema que nos ocupa esta vez.

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