El diccionario del Español Dominicano

El diccionario del Español Dominicano

 El diccionario tiene  10,903 lemas o palabras,  14,054 acepciones, y 4,250 frases

Entre los aportes fundamentales de la Academia Dominicana de la Lengua (ADL) al acervo cultural del país, el Diccionario del español dominicano asume un rol de primer orden. En una época en la que parece disolverse el perfil identitario nacional y surge una confusión de paradigmas, dicha obra nos recuerda que este es un pueblo con una voz muy antigua, singular, y al mismo tiempo, actualizada.
Para el director de la ADL, Dr. Bruno Rosario Candelier, acercarse al estudio, o a la simple observación del español dominicano es una forma ideal de celebrar un nuevo aniversario de la fundación de la República Dominicana, en este mes de la Patria. El intelectual dominicano exhorta de manera muy particular a los maestros y estudiantes a tener este diccionario como fuente de consulta permanente.
Este diccionario tiene la particularidad de estar íntimamente vinculado al origen del país. Consultarlo equivale, pues, a una travesía por más de 500 años de historia, en la que se conjugan palabras con raíces heredadas de los aborígenes, del castellano arcaico y de los pueblos llegados de África, en una primera etapa. Posteriormente el español dominicano va incorporando locuciones procedentes de lenguas diversas y contemporáneas, correspondientes a los pueblos con los que el país ha tenido mayor interacción a lo largo de períodos más recientes.
Los estudios de nuestros académicos arrojan que una riquísima mezcla de lenguas y hechos históricos hicieron del idioma dominicano lo que es hoy en día, pero igual apuntan a que la impronta sonora de ese nuevo mundo que abre sus puertas en Santo Domingo, queda marcada en el lenguaje peninsular. Como ejemplo, la palabra canoa, que designaba las embarcaciones indígenas y que es recogida por Cristóbal Colón en una de sus primeras comunicaciones, figura en el Vocabulario español latino de 1495; también en el Tesoro de la lengua española, de Sebastián de Covarrubias, en 1611.
El académico Manuel Núñez señala que posteriormente esta voz se impone en todos los textos de los cronistas de indias, e igualmente sucede con las palabras bohío y caney, que designaban distintos tipos de viviendas de los pueblos precolombinos, para solo citar algunas.
En un ensayo del año recién pasado, Núñez Asencio advierte que indigenismos de La Española se impusieron en otros territorios americanos: “Designaciones de utensilios, nombres de personas, de lugares, de animales y de plantas llenarán las páginas de los primeros historiógrafos de América” y también de los expedicionarios que acometieron la empresa de conquistar el continente, tomando como punto de partida esta isla.
Por otro lado, el presidente de la Academia resalta el carácter histórico del español que se habla en República Dominicana. Señala que “es el más antiguo de América, por lo cual conserva voces arcaicas, como ‘dizque’ (dicen que), ‘trasuntarse’ (parecerse a alguien)”, entre otros. En adición a los arcaísmos pueden citarse numerosas “creaciones léxicas”. Rosario Candelier reporta los muy populares términos “pariguayo”, “medalaganario”, “compinche” y muchas otras palabras que son usuales en la actualidad, tanto en las áreas rurales como urbanas. Igualmente fueron tomados en cuenta términos que figuran en el lenguaje escrito y muy especialmente en la literatura dominicana.
Aclara que los términos incluidos tienen como requisito común, el de tener uso y permanencia en el habla local, de suerte tal que las locuciones arcaicas o recientes que fueron olvidadas o sustituidas por los hablantes, o los términos de muy novedosa o inestable aparición, no figuran.
Explica que en la formación de una modalidad lingüística regional o local surgen fundamentalmente dos tipos de expresiones nativas que son tomadas en cuenta por los estudiosos: “las creaciones léxicas, que entrañan nuevos vocablos en su escritura, como la palabra ‘chin’; y creaciones semánticas”. Esta última modalidad consiste en asignar “un nuevo significado a una palabra de la lengua, como, ‘esperanza’, (insecto de color verde) o ‘china’ (naranja dulce)”.
Sin lugar a dudas, este diccionario publicado en abril de 2014, es el primero en su especie realizado de manera colegiada por la ADL y llena una necesidad fundamental de autoconocimiento, en el que cada dominicano se encontrará reflejado en voces y frases comunes y exclusivas del país. El carácter didáctico de esta obra referencial de nuestro español, se complementa con un estilo ameno, que lo hace de fácil consulta y lectura.
El Dr. Bruno Rosario Candelier advierte que no es un diccionario normativo como el de la DRAE, puesto que “toma en cuenta la realidad dialectal dominicana sin emitir juicio sobre su ‘corrección’. Ofrece un total de 10,903 lemas o palabras, con 14,054 acepciones, y 4,250 frases proverbiales.
La preparación del Diccionario del español dominicano supuso varios años de trabajo en equipo, en la que participaron varias comisiones de lexicógrafos de la ADL, bajo la coordinación del Dr. Rosario Candelier, que se valieron de un amplio número de fuentes bibliográficas. Se trata pues, de un logro de la mayor trascendencia, en el que la corporación hizo un gran esfuerzo. Contó con el patrocinio de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua.
En su fructífera trayectoria al frente de la ADL, el intelectual dominicano ha coordinado la participación de diversas comisionesen proyectos de la Real Academia de la Lengua y de la Asociación de Academias de la Lengua, algunos de los cuales son: el Diccionario del estudiante, el Panhispánico de dudas, el de Americanismos, el Esencial de la lengua española, el Diccionario de la Real Academia Española (DLE) y el de dudas, entre otros. Actualmente la Academia se empeña en nuevos esfuerzos de aporte a los proyectos de ambas corporaciones.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas