UBI RIVAS
Recién el día 30 de enero último, el equipo económico gubernamental convocó a los medios de comunicación para informar por sus voceros del consenso obtenido con el FMI de aprobar la octava y última revisión del acuerdo stand-by, más un desembolso por el organismo de dinanciamiento de US$122.3 millones.

Ambas señales son indicativas de no solamente la confianza del FMI en el manejo prudencial de la economía dominicana, sino la estabilidad lograda en todo el trayecto del segundo gobierno constitucional del presidente Leonel Fernández, una calcomanía de su primera gestión.

Estos signos sosegantes, no obstante el presente gobierno enfrentar tres retos traumáticos con los efectos climáticos de Noel y Olga más un barril de petróleo sobre los US$95.

Esos graves percances, imponderables, el gobierno presente con el asesoramiento correcto de las autoridades monetarias han podido mantener una prima del dólar por debajo del 35×1, un crecimiento del PIB de 9.2 para 2005, 10.7 en 2006, 8.0 el año pasado y una proyección de 6.0 al final del presente año que apenas inicia.

Reservas netas internacionales por US$2,353, una inflación manejable no obstante el desastre en la agropecuaria por los fenómenos señalados de menos de un 6%.

Cuando el presidente Leonel recibió el gobierno el 16-08-04, la anterior administración manejaba un bonancible barril de petróleo a US$30 y el signo monetario nacional cotizaba a 55×1 frente al dólar.

Un mensaje en la jerga discreta con que se manejan los economistas para resaltar que con los problemas actuales, atmosféricos y de petróleo, el gobierno anterior hubiese puesto al país patas arriba y al borde de un caos absoluto.