OMAHA, Nebraska, EE.UU. (AP) — La propagación de una gripe aviar mortal para las aves de corral plantea la espeluznante cuestión de cómo las granjas se las arreglan para matar y desechar rápidamente a millones de pollos y pavos. Se trata de una labor que las granjas de todo el país enfrentan cada vez con mayor frecuencia, luego que el número de aves de corral sacrificadas en los últimos dos meses ascendió a más de 24 millones, con reportes de nuevos brotes casi a diario.
Algunas granjas han tenido que sacrificar a más de 5 millones de pollos en una sola instalación con el objetivo de destruir las aves en 24 horas para limitar la propagación de la enfermedad y evitar el sufrimiento de los animales. “Mientras más rápido podamos llegar al sitio y despoblar las aves que permanecen en el lugar, mejor”, dijo la veterinaria del estado de Minnesota, Beth Thompson.
Se trata del brote más grande desde 2015, cuando los productores tuvieron que matar a más de 50 millones de aves. En lo que va de año, han habido casos en 24 estados, siendo Iowa el más afectado con unos 13 millones de pollos y pavos muertos. Otros estados con brotes considerables son Minnesota, Wisconsin, Dakota del Sur e Indiana.
Las granjas que se ven obligadas a matar a tantas aves recurren a las recomendaciones de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA, por sus siglas en inglés).
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A pesar de que la AVMA ha desarrollado métodos para matar a las aves de corral con rapidez, reconoce que sus técnicas “pueden no garantizar que las muertes de los animales sean indoloras y sin angustia”. Los veterinarios y los funcionarios del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) también suelen supervisar el proceso.
Uno de los métodos más utilizados es rociar con espuma de extinción de incendios a base de agua sobre las aves en el suelo dentro de un establo. Esa espuma mata a los animales al cortarles el suministro de aire.
Cuando la espuma no funciona porque las aves están en jaulas elevadas del suelo o hace demasiado frío, el USDA recomienda sellar los establos e introducir dióxido de carbono en su interior, lo que deja primero inconscientes a las aves y luego las mata.
Si uno de estos métodos no funciona porque no se dispone de equipo o de trabajadores, o cuando el tamaño de la parvada es demasiado grande, la asociación dice que un último recurso es una técnica llamada cierre de la ventilación. En este caso, los ganaderos detienen el flujo de aire en los establos, lo que eleva la temperatura a niveles en que los animales mueren.
Mike Stepien, portavoz del Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas del USDA, dijo que estas técnicas son las mejores opciones cuando es necesario matar rápidamente a tantas aves. Pero no todo el mundo está de acuerdo. Los grupos de defensa de los animales sostienen que estos métodos de sacrificio rápido de aves son inhumanos, aunque se oponen especialmente a los cierres de ventilación, que, según señalan, puede durar horas y es similar a dejar a un perro dentro de un vehículo caliente.
El año pasado, las organizaciones de defensa de los derechos de los animales entregaron una petición firmada por 3.577 personas relacionadas con el cuidado de los animales, incluidos casi 1.600 veterinarios, en la que se instaba a la asociación de veterinarios a dejar de recomendar el cierre de ventilación como opción. “Tenemos que encontrar algo mejor. Nada de esto es aceptable de ninguna manera”, dijo Sara Shields, directora de la ciencia del bienestar de animales de granja de Sociedad Protectora de los Animales.