Contradicciones a propósito del Presupuesto Complementario que reorienta gastos colocan en primer plano la posibilidad de que el asistencialismo, llevado a extremos sin procurar un directo estímulo mayor a la producción, resulte contraproducente a corto plazo agotando recursos que no regresan mediante impuestos. Poderosa causa del endeudamiento que se busca reducir.
Subsidios a manera del colesterol: buenos y malos según la dirección que lleven, sin desconocer que batallar desde el erario contra alzas petroleras inflacionarias favorece por igual al consumidor y a la mayoría de los medios que le generan los bienes y servicios que demanda.
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Los hechos hacen ver al Estado extendiéndose en subordinar sectores de la población al paternalismo que propiciaría riesgosas desmotivaciones. Que no genera más empleos sino más desempleados conformes porque una parte de sus problemas son resueltos por las manos generosas del Gobierno que deberían llegar más al campo en respaldo al trabajo.
Sin embargo, se va a lo seguro económica y estructuralmente cuando se desbrozan caminos para la iniciativa privada haciendo equitativa la presión fiscal, anulando lastres burocráticos y dando estable calidad a servicios esenciales como el de la electricidad para que su costo no reste competitividad.
Todo se reduce aquí a la prudencia recomendada a la hora de colocar velas ante las imágenes de la devoción: ni tan cerca que quemen al santo, ni tan lejos que no lo alumbren.