El dilema del agua

El dilema del agua

El Estado dominicano ha hecho importantes inversiones, incluyendo obras que aprovechan el embalse de la presa de Valdesia, para que el agua potable llegue constantemente a la mayoría de los usuarios de la ciudad de Santo Domingo y satisfaga sus necesidades.

No obstante, una alta proporción del líquido que se toma, conduce y procesa para la urbe, se pierde, expresándose esto en un índice alarmante de desperdicio.

Las fugas por averías en redes urbanas e instalaciones domésticas, comerciales e industriales equivaldrían a un volumen suficiente para abastecer a cualquier otra gran ciudad.

La Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), tiene sobre sus hombros la difícil tarea de servir agua potable a una comunidad numerosa e insaciable que, por demás, en alto porcentaje elude la obligación de pagar el suministro que termina por estar ampliamente subsidiado.

Como no se asume la responsabilidad de suprimir las fugas -fuera y dentro de las casas- el líquido que se capta en las tomas, resulta escaso e inconstante en los hogares y negocios.

Está claro que muchos capitalinos han vivido de espaldas a la realidad de que, desperdiciando el agua, se exponen a que más adelante el costo de obtenerla, sobrepase agudamente la capacidad de costearla.

Y que, además, se acentúen los nocivos efectos que colectivamente sobrevendrían por agotamiento de las fuentes sometidas a una extracción desmedida.

[b]¿Hasta cuándo?[/b]

La CAASD trata de preparase para el futuro, no sólo regularizando al mayor número posible de usuarios con la colocación de medidores para una facturación exacta del consumo, sino que además reforzará el servicio que presta en la parte oriental de Santo Domingo, con un nuevo sistema de captación y tratamiento.

El flamante acueducto, que ha costado 2,900 millones de pesos, es la única obra hídrica adicional que resiste la parte de la geografía en que está situada la ciudad capital.

Más allá de este punto, y en caso de persistir el uso ineficiente, el agua habría que traerla desde sitios muy remotos. No debemos permitir que eso ocurra. Es necesario cambiar esta cultura de irresponsabilidad ante un recurso natural limitado.

[b]Haití[/b]

Mientras cruentos sucesos tienen lugar en Haití en estos momentos, un hecho trágico ocurrió ayer en la frontera. Dos soldados dominicanos fueron muertos a tiros por desconocidos que luego se internaron en el territorio del vecino país. Las autoridades dijeron desconocer la nacionalidad de los agresores que se apoderaron de los fusiles que portaban los soldados y se internaron en territorio del vecino país. La soldados agredidos cumplían labores de vigilancia en instalaciones aduanales de Dajabón.

De inmediato, el Presidente Hipólito Mejía ha ordenado que el Ejército impida que adversarios del gobierno haitiano que recurren a la violencia crucen de un país a otro.

Es necesario que las autoridades dominicanas actúen diligentemente para establecer responsabilidades en relación a la muerte de militares dominicanos y para impedir con energía que el territorio dominicano sea utilizado para actos subversivos en Haití.

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