El dilema del aguacate

El dilema del aguacate

BIENVENIDO MONTILLA

Las superficies idóneas para su siem- bra están ubicadas en áreas protegidas

La República Dominicana ocupa el puesto número 13 entre los principales países exportadores de aguacate. Solo Chile y RD han incrementado sus áreas de producción en los últimos años. Siguiendo el volumen se vende a Estados Unidos, Puerto Rico, Reino Unido, San Marteen, España, Bélgica, Alemania e Italia. En el 2018 se enviaron 500 furgones de aguacates por un valor de 20 millones de dólares. El área de siembra a nivel nacional se estima en 350,946 tareas.

El país cuenta con una producción tecnificada que cumple con los requisitos de calidad que exigen los compradores. Aunque se cultivan las variedades Semil 34, Carla, Popenoe, Pollock, entre otras, la variedad Hass predomina por la predilección del mercado norteamericano, que en el 2017 pagó 20 millones 735 mil dólares por aguacates de aquí. Una sola empresa productora y exportadora emplea 1,830 trabajadores durante todo el proceso, la mayoría en la cosecha.

Ante esta hermosa realidad al cultivo del aguacate se le presenta un grave escollo, no solo en República dominicana, sino en México primer productor y en Chile; pues le inculpan de ser causante de la deforestación, la degradación de los suelos, la escasez de agua y la afectación de la salud.

Se da el hecho de que la variedad de mayor demanda la Hass para obtener el mejor desarrollo y rendimiento debe ser sembrada sobre los 500 metros de altura, donde impere el clima frío; una pluviometría entre los 1,800 a 2,000 centímetros por año; temperatura promedio de 25 grados C y una mínima de 14 grados. En la República Dominicana las superficies que reúnen estas características están ubicadas dentro de las áreas protegidas de los parques nacionales, que son el origen de nuestros ríos y de todo el sagrado ecosistema.

En el Gobierno pasado se levantaron opiniones que alegaron que el aguacate se puede usar para reforestar, desconociendo que el bosque se restaura primordialmente con plantas endémicas y nativas.

Sobre esta errónea tesis, se plantaron 15,000 tareas de aguacate en Los Arroyos de Pedernales, precisamente dentro del Parque Nacional Sierra Bahoruco. Con razón dicen los mexicanos que el “oro verde” es delicioso pero está acabando con el bosque.

El diario HOY publicó que un joven senador plantea la creación del Instituto Nacional del Aguacate. No debemos seguir hipertrofiando el Estado. Pues mañana aparece el Instituto Nacional del Limoncillo.

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