El dilema es la Institucionalidad

El dilema es la Institucionalidad

El debate fundamental de esta nación y Estado de digno origen duartiano debe girar sobre la institucionalidad y los imperativos de respeto a normas inmanentes. La pregunta, pendiente de respuesta, no es exactamente si el Presidente actual pretenderá o no prolongar su mandato. La mayor expectativa estriba en el grave riesgo presente de que a partir de conveniencias políticas y de subordinación a liderazgos transitorios con ventajas gubernamentales prospere la intención de lesionar los cimientos jurídicos de la República incurriéndose en los mismos errores que a través del tiempo han llevado a este país a vivir bajo constituciones coyunturalmente modificadas en contra de la buena práctica constitucional imprescindible de legitimar con permanencia la ley sustantiva. Tendrá que verse a corto plazo si la estructura jurídica que da soporte a la sociedad seguirá tratada como ave peregrina abatida por consignas de aferramientos a los ejercicios de Estado.

Preocupa el empeño en envolver a la nación en el dilema de escoger entre líderes descritos como imprescindibles o un supuesto retroceso nacional, disyuntiva que desprecia la madurez e inteligencia de los dominicanos y la conveniencia de perfeccionar la democracia. Los personajes que tanto daño causaron en el pasado prolongándose dañinamente en el solio, deben continuar ahí como protagonistas de un pretérito que no debe repetirse.

Exportación destrabada

No por distante el mercado japonés carece de valor para productores dominicanos de frutas y otros artículos. El potencial exportador hacia el imperio del Sol Naciente era de cien millones de dólares al año hasta que apareció localmente la mosca del Mediterráneo originando trabas hacia ese y otros destinos. Las autoridades reaccionaron con puntualidad y persistencia para erradicar el insecto y lo lograron.

La protección contra plagas migratorias que la condición isleña facilitaba tiene en contra la inserción del país en un turismo que trae vuelos diarios desde muchos orígenes cercanos y lejanos. La vigilancia fitosanitaria en los puntos de entrada está desafiada por esa inevitable apertura de fronteras hacia viajeros, equipajes y desechos de otras partes del mundo. De sólidas gestiones locales depende el éxito.

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