Amigo Lector:
Un tema que apasiona a los sectores poderosos de nuestros países es el estado de calificación de sus economías. Por ende, el tema de la deuda de esas naciones y su capacidad de pago o de empeñar sus bienes, resulta un factor critico para que estos países puedan vender sus Bonos y también, aumentar sus compromisos de deuda externa.
Desgraciadamente, la membresía de estas calificadoras de riesgo es muy reducida y hermética. De ahí que he querido, en vuestro beneficio, tocar este tema didácticamente.
I-Preámbulo:
1-Fitch Ratings es una de las tres grandes agencias de calificación crediticia del mundo, junto con Moody’s y Standard & Poor’s.
2-Una agencia de calificación crediticia es una empresa que asigna calificaciones crediticias, que califican la capacidad de un deudor para pagar la deuda mediante el pago oportuno de capital e intereses y la probabilidad de incumplimiento. Hay muchas otras agencias de calificación crediticia en diferentes regiones y mercados, como ESMA en Europa.
3-Una calificación crediticia es una evaluación del riesgo crediticio de un posible deudor, que predice su capacidad para pagar la deuda y un pronóstico implícito de la probabilidad de incumplimiento del deudor.
4-Las calificaciones crediticias que son emitidas por organizaciones como Fitch Ratings, Moody’s o S&P Global, ayudan a los inversores y prestamistas a evaluar la solvencia de un prestatario o emisor.
5-Las calificaciones crediticias se determinan con diferentes criterios y metodologías acorde con el tipo de agencia calificadora y el tipo de deuda o emisor.
NOTA: Sin embargo, si existen factores comunes que afectan las calificaciones crediticias son, entre otros: historial de pago, utilización de crédito, edad promedio de las cuentas de crédito, mezcla de crédito, consultas de crédito, ingresos y situación financiera. De ahí que, cada agencia calificadora tiene su propia escala de calificación y definiciones de calificación que explican el significado y las implicaciones de éstas.
II-El caso Estadounidense:
Recientemente, los Estados Unidos fueron despojados de su calificación crediticia soberana de primer nivel (AAA), por Fitch Ratings, que rebajó la deuda del país de AAA a AA+. La reacción inmediata en el mercado de bonos del Tesoro Estadounidense fue un aumento en los precios de estos y una caída en los rendimientos (ganancia de los compradores), de la noche a la mañana, como resultado de esta clasificación. Veamos:
1-Resulta ser que, cuando los inversores se enfrentan a giros inesperados de estas valorizaciones crediticias, normalmente recurren a los activos financieros más seguros del mundo: la deuda soberana de los Estados Unidos. ¿Por qué?:
2– En primer lugar, nadie compra bonos del Tesoro en función de su calificación crediticia. En cierto sentido, la idea misma de calificar el crédito de los EE. UU. es un ejercicio absurdo. A diferencia de los bonos emitidos por corporaciones o municipios, muy pocos inversionistas están obligados por contrato o ley, a prestar atención a la opinión de una agencia calificadora cuando se trata de la solvencia del gobierno de los EE. UU. En lo interno, nadie crea estrategias de inversión reales basadas en las opiniones de las agencias calificadoras sobre la solidez de los bonos del Tesoro Estadounidense. Esto asi, debido a que podrían surgir estas interrogantes:
A)- ¿Pueden ser las inversiones hipotecarias, respaldadas por entidades patrocinadas por el gobierno, calificadas como AAA? Claro que no. Solo acuérdense de la debacle en el mercado hipotecario de hace ya unos años atrás.
B)- ¿Tiene sentido calificar a cualquier corporación, con sede en los EE. UU., como más rentable o incluso tan confiable como el propio gobierno de los EE. UU.? El sentido común nos indica que estas corporaciones SI dependen mucho de los contratos con el Tío Sam que permiten contraer e intercambiar deudas a futuro de estas corporaciones.
C)- ¿Qué pasa con las corporaciones y los bancos que tienen cuantiosas inversiones, en valores líquidos, en bonos del Tesoro? Es vox Populis que estas ¨prestadoras de servicios financieros¨ se intercambian estos títulos de deuda, al punto de que han causado quiebras bancarias que el Tío Sam las ¨rescata¨ y así continua la envolvente financiera en esa gran nación y, por ende, en todo el mundo.
D)- ¿Se merece China una ¨mala nota¨, por parte de estas calificadoras de riesgo, debido a que sus instituciones financieras tienen muchos de los instrumentos de deuda del ahora degradado gobierno de EE. UU.? Como es muy bien sabido, China exigió el pago de estas acreencias en ORO. Durante el boom Sino-Americano, china compro mas del 57% de la emisión de bonos del Tesoro estadounidense, con vencimiento a plazos medianos y cortos.
NOTA: No hay respuestas reales a estas preguntas. Son de interés teórico pero tendrán muy poco impacto en los mercados financieros, los resultados corporativos o las economías nacionales. Probablemente sea mejor pensar en la rebaja como un ejercicio de marketing de Fitch Ratings, un recordatorio para el público inversionista y la base de clientes emisores de deuda de que Fitch se toma muy en serio su trabajo de evaluación del riesgo crediticio.
III-Epílogo:
Fitch Ratings rebajó la deuda a largo plazo de EE. UU. a última hora del martes de AAA a AA+, citando el estancamiento del techo de deuda de Abril como una de las principales razones.
NOTA: Eso es un gran golpe para los Estados Unidos. El sistema financiero mundial se basa en la promesa de que el gobierno de EE. UU. siempre pagará sus deudas. Esa confianza hace que el dólar estadounidense sea la moneda más utilizada en todo el mundo. Esta rebaja amenaza con complicar eso.
Ahora bien, la confianza en que Estados Unidos siempre pagará sus deudas no se ha comprometido en lo absoluto. De ahí que, el exsecretario del Tesoro de EE. UU., Larry Summers, publicara en Twitter:
¨Estados Unidos enfrenta serios desafíos fiscales a largo plazo. Pero la decisión de una agencia de calificación crediticia hoy, cuando la economía parece más fuerte de lo esperado, de rebajar la calificación de los Estados Unidos es extraña e inepta. Además, esto es completamente absurdo. Y es más probable que demuestre que los criterios de Fitch son irrelevantes para las opiniones de los inversionistas en deuda soberana de EE. UU.¨
Es oportuno señalar que una de las razones por las que el mercado ha reaccionado con tanta calma a la rebaja, es que este es un episodio repetido y sabemos cómo siempre termina.
Cuando S&P rebajó la calificación de la deuda de EE. UU. en 2011, había mucha incertidumbre sobre lo que esto podría significar bajo las regulaciones financieras vigentes y cómo podrían reaccionar los inversores.
El mercado de valores, que ya estaba al límite, debido a los problemas de la deuda europea y una economía estadounidense tambaleante, se desplomó. El S&P cayó un 6,5 por ciento y no se recuperó hasta dentro de seis meses.
NOTA: En ese momento, las tasas de interés de la deuda estadounidense cayeron con la rebaja, lo que redujo los costos de endeudamiento. Entonces, la rebaja en realidad resultó en una mayor demanda de bonos del Tesoro de EE. UU.
En resumen: Las reacciones ante los enunciados de estas calificadoras de riesgo son objeto de aceptación o criticas según a quien afecten más. Tal vez a los políticos les deleite usar estas calificaciones para responsabilizar a sus rivales por la ocurrencia negativa de las mismas. Sin embargo, podríamos decir que para los mercados y la economía, no importa.