El dinero y la fama me enloquecieron

El dinero y la fama me enloquecieron

En el corazón del hombre surgen deseos y emociones difíciles de evitar. De él salen pensamientos que después serán realidades y originarán consecuencias.

Estas  producirán alegrías  o tristezas, avance o retroceso, ganancias o pérdidas.

Ambiorix Burgos, hombre de grandes talentos e incuestionables oportunidades, hoy reconoce con dolor la forma en que su alma fue presa del amor desmedido por la fama y el dinero.

Sin límites persiguió al mayor de todos los males, cambiando los valores  eternos por aquellos que son  transitorios.

Desvió el curso del camino trazado por su Creador, sustituyendo un porvenir seguro por la incertidumbre del error.

Sin embargo, este hombre se arrepintió. Reconoció que sufre las consecuencias de  los hechos provocados por su sucio corazón.

Por esto,  para él hay una esperanza.

Existe una fórmula para que, en lo adelante,  lo que  se origine en su corazón sea bueno, puro, sin intenciones torcidas o engañosas: limpiarlo día a día a través del arrepentimiento.

Siempre hay una oportunidad para un nuevo comienzo, al  reconocer toda nuestra podredumbre humana. 

Si tomamos  el camino opuesto al que seguíamos, podemos estar convencidos de que contamos con el favor  de Aquel que es el único con la capacidad de perdonarnos y borrar nuestra vida pasada, concediéndonos el privilegio de hacer nuevas todas las cosas.

Esta  triste experiencia es un elemento multiplicador en la sociedad de hoy, dañada al extremo.

Sólo la intervención de Dios en nuestra vida puede controlar esa fiera que todos llevamos dentro.

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