Esta semana comienza a discutirse el duro rescate del FMI sin que el Presidente Danilo Medina se dirija al país informando sobre el estado de las finanzas públicas. Será recordado como el discurso de la historia que se negó a dar, a pesar de que el pueblo exigía explicación de las razones por las que el gobierno tiene un déficit de caja de RD$106 mil millones al 31 de agosto, 4.6% del PIB, que proyectado a diciembre alcanzará RD$130 mil millones, 6% del PIB. Por las que no se ha enviado un centavo al Banco Central para su capitalización, del atraso con los generadores de electricidad por US$1,000 millones, de la deuda con los suplidores del Estado sobre los US$500 millones y por igual suma con el Banco de Reservas. Que hablara la verdad sin importar las consecuencias en su partido, porque inicia un gobierno en la insolvencia, sin liquidez para pagar los intereses de la deuda, lo demuestra el déficit primario de RD$78 mil millones al 31 de agosto pasado, 3.3% del PIB.

Alguien debió decirle que su elección implicaba una cita con la historia. Analizar con sentido crítico el fracasado modelo económico de Leonel, que provocó la actual crisis fiscal al gastar más de lo que produjo la economía. A precio de 1991 y en millones de pesos, el PIB acumulado ascendió a $2,295,132 y la demanda interna a RD$2,572,997, con un exceso de gastos de 12% sobre lo producido,  provocando el déficit acumulado en la cuenta corriente de $19,605 millones, de 2005 a 2011. Política equivocada que para justificarse todavía defiende, violatoria del precepto básico que existe en economía, de que debe evitarse la política fiscal que provoque crecimiento económico transitorio inviable, porque luego los costos totales superan los beneficios.

Danilo solo tenía que referirse a los hechos e interpretarlos, pero prefirió callar. Los rescates del FMI a los gobiernos de Leonel, que dejaron la economía en peores condiciones, con cambios en la estructura tributaria y “tarifazos” eléctricos que redujeron la competitividad de las empresas. De 144 países estudiados por el Foro Económico Mundial en su informe Competitividad Global 2012-2013, con Chile en el lugar 39 y Panamá en el 40, estamos en la posición 105. Rescates que  estabilizaron la macroeconomía de manera transitoria, a pesar del incremento en la recaudación como consecuencia de los impuestos y el reforzamiento de la administración tributaria que redujeron la evasión y los rezagos en el cobro.

Como no acudió a la cita con la historia para decir cómo y porqué ocurrieron los hechos, alguien llenará el hueco como sucede siempre. Porque será difícil que los contribuyentes asimilen el nuevo paquetazo impositivo por RD$42 mil millones y otro “tarifazo”, que los pobres acepten pura y simplemente la reducción de los fondos destinados a paliar su situación. Otro parche tributario envía un mensaje negativo al sector privado, desfavorable para la expectativa de los agentes de la economía. Lo recomendable es una sólida «ancla fiscal”, que aplique una política austera que resulte en un déficit público bajo para el 2013, con estabilidad en los impuestos, con reglas fiscales claras y con castigo para la autoridad fiscal que se aparte de objetivos preestablecidos.