El discurso presidencial

<p>El discurso presidencial</p>

UBI RIVAS
El presidente Leonel Fernández expuso el más contundente manojo de logros, la más amplia prospección de obras y de cobertura social y cimentó en sus gobernados la nítida impresión de que él es la opción más conveniente con miras a los comicios de mayo de 2008, al agotar la rendición de memorias al Congreso, el día  magno de la patria, 27 de febrero. Expuso que recibió un crecimiento económico de un 2% y que en sus dos primeros años de su segunda administración ronda el 9%, que el dólar en 2004 era a 55×1 y lo ha estabilizado a menos de 35×1.

Esas dos referencias han permitido y soplado la confianza en la administración del presidente Fernández y con ella el crecimiento de las inversiones y sobre todo, de la clave industria de la construcción que creció un 22.9%.

Consignó la superación de los escollos con miras a iniciar ¡por fin! el DR-CAFTA, y el día primero de este mes de marzo, la Casa Blanca ratificaba lo expresado en el Congreso por el presidente Fernández, un logro suyo pero compartido con el titular de la SEIC, Francisco Javier Castillo y su idóneo equipo económico dirigido por Vilma Arbaje.

Se refirió al crecimiento agropecuario de un 9.9%, el programa de pignoraciones de la SEA con participación de la banca comercial con una lonja de RD$7 mil millones y el financiamiento a pequeños agricultores por el Bagrícola por RD$552 millones en una cobertura de 28,200 productores.

Se construyeron 30 acueductos y se rehabilitaron 70, un logro tremendo. Refirió en materia de medioambiente, el saneamiento del ex-río Higuamo y protección del Masacre y Artibonito, pero omitió algún intento por restaurar las cuencas de Yaque del Norte y Sur y del Nizao, así como de Yuna, los cuatro más importantes ex-ríos del país y de la isla Hispaniola. El presidente Fernández aludió el tema del apoyo social de su gobierno a las grandes mayorías preteridas, esbozando la cobertura al Programa Comer Primero con 216,856 hogares y para el presente año abarcará a 300 mil hogares que con un promedio de cinco individuos por hogar representan 1.5 millones de dominicanos beneficiados con ese programa social.

También introdujo la innovación social de aumentar a $3 mil mensuales las pensionsitas desde $150 a $800, una burla a la protección social mantenida como un crimen de lesa sociedad. Otro factor cardinal en la política social del Presidente lo constituye el aplicar los fondos de pensiones, que alcanza más de RD$30 mil millones, a la construcción de viviendas de interés social que por partida doble beneficiará a miles de dominicanos sin techo con un bono inicial estatal de RD$100 mil y lo que ese programa supone para la economía moviendo todo lo referente a los materiales que intervienen en esa labor. El Presidente planea la innovación total y de cuajo de las obsoletas estructuras del Estado dominicano de hoy para trocarlo cónsono con las exigencias del momento y para ese propósito, introducirá un paquete de leyes revolucionarias conectadas con esa transformación como leyes en estudio de los partidos políticos, Ordenamiento Territorial, Función pública, transporte, más las ya creadas.

Ilustró su gran aporte a la educación sobre todo a la UASD. Esbozó con claros perfiles el trabajo de la SESPAS, Educación, SEOPC, y la proyección de producir etanol para reducir la aplastante factura petrolera, pero no especificó en alusión a la permanente crisis del sector eléctrico, aunque explicó que mejora, pero no cuándo terminarán los apagones.

El Presidente omitió todo lo concerniente a la gestión de las FFAA ni aludió tampoco lo concerniente a la ley 285-04 que regula la política migratoria del Estado dominicano en momentos graves en que residen ilegalmente en el país más de dos millones de nacionales haitianos, una auténtica bomba de tiempo.

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