Como si se tratara de un disco rayado, el presidente del Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas Maldonado, tiene meses con el mismo discurso vacío y repetitivo.

El dirigente perredeísta viene proclamando que tras la convención del PRD, esa organización volverá a ser disciplinada y preparada para ganar las elecciones de mayo de 2016.

Las declaraciones del ingeniero Miguel Vargas parecen ser las mismas notas sacadas de las memorias de las computadoras y para que parezcan nuevas, únicamente, su encargado de prensa cambia las fechas de las mismas.

El presidente del PRD debería enfocar sus declaraciones con propuestas al Gobierno de cómo enfrentar los grandes y graves problemas que acogotan a los dominicanos.

Debería el señor Vargas plantear al Gobierno que busque fórmulas para acabar con el sicariato que siembra el terror en todo el territorio nacional.

Debería plantearle medidas a las autoridades gubernamentales de cómo enfrentar la delincuencia que se ha apoderado de las calles de ciudades y pueblos.

Debería enfrentar al Gobierno del presidente Danilo Medina por el aumento galopante que lleva a cabo con el endeudamiento externo.

Debería, el presidente del PRD, plantear como dirigente opositor cómo enfrentar el caos en el transporte urbano y suburbano de la República Dominicana.

Hay cientos de temas y problemas que Miguel Vargas, en su calidad de dirigente opositor, podría enarbolar y no ser tan repetitivo de que su partido cambiará, y que la disciplina reinará en el PRD, tras finalizar el periodo convencional del partido blanco. Miguel Vargas no parece un dirigente opositor, ya que no hace oposición contundente, como debería ser.