El Distrito Nacional y la ciudad no mienten

El Distrito Nacional y la ciudad no mienten

La urbanización del ex Distrito Nacional se da en términos de una progresiva fragmentación a partir de una nueva centralidad derivada de la concentración de actividades terciarias superiores  así como funciones de dirección que diferencian segmentos territoriales modernos y globalizados.

El polígono central es esa nueva centralidad. Por otro lado, una expansión infinita, heterogénea hasta sus extremidades. ¡Sí, un 70% del mercado laboral es informal, eso significa no solo precariedad laboral, expansión de la pobreza y de la desigualdad urbana, sino también exclusión territorial. Pobreza, desigualdad y exclusión consolidan y dan un nuevo significado a la segregación urbana, reflejada en el encierro y expulsión territorial de grupos pobres  y la ghettización progresiva, en el centro,  de los sectores de ingresos altos y medios  a lo que se suma la pérdida del papel integrador de los espacios públicos y la desestructuración de los tejidos culturales de la ciudad.

Dos dinámicas se observan en el ex Distrito Nacional: la dinámica  inmobiliaria que da cuenta de la segmentación del mercado de la vivienda y de las estrategias residenciales de algunos sectores en el polígono central, el Mirador y Los Cacicazgos, mientras la expansión urbana hacia los límites resulta ser la dinámica de los pobres.

La dinámica cultural  da cuenta de los cambios en los modos de vida de los grupos residentes en distintos fragmentos socio-territoriales frente a la emergencia, por una parte, de pautas de consumo y valores propios de la sociedad globalizada  y, por la otra, del mini-consumo, del cheleo, de la violencia y la desestructuración de los tejidos sociales y culturales.

Si bien es cierto que la profundización de la precariedad y el incremento de la informalización son una constante de varios años, se asiste actualmente a procesos cuali y cuantitativamente diversos: aumento de la informalidad de dominicanos y de haitianos,  feminización del mercado de trabajo, jóvenes excluidos, desempleo real. La ciudad y el ex Distrito Nacional son el territorio de las paleteras haitianas, mientras sus niños invaden los semáforos y sus varones venden víveres,  los delivery, los mensajeros se alocan,  las mini pulgas, las ventas de pastelitos, helados y frutas ocupan  puerta,  ventana o  esquina. Las calles de la ciudad son sucias y llenas de basura, están repletas de cocinas y tanques de gas, de comida, de frutas, mientras los transeúntes esperan guaguas o conchos. Todo esto, propio de una ciudad en proceso de pauperización. Miren su ciudad, ella no miente.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas