El Doctor lee la prensa de este lunes…

El Doctor lee la prensa de este lunes…

¡Qué insistencia la de este señor por meterse en mis sueños! Quiero ignorarlo; sucumbo. Intento evitar que alborote mis madrugadas. Pero es como las boletas coloradas de elecciones de antes, que aparecían misteriosamente en urnas insospechadas. No se hagan, que saben de quién hablo. Volvió y volvió a la onírica terraza de mis noches y, como de costumbre, conversamos…

“Está más gordo”, me dijo. “Después de tanto sacrificio para rebajar, ¿qué le ha pasado a usted? Ahora que es aún joven es cuando debe cuidarse más…”.

“Gracias por el consejo, Presidente. Y usted, ¿cómo está?”.  “¿Y cómo voy a estar? ¿No ve usted la vergüenza que me hacen pasar Quique y Aristy? No cogen señas. Tanto tiempo en esto y no aprenden… La verdad, la verdad, no han sabido defender el patrimonio político que heredaron. Lo han dispendiando. Como el hijo pródigo cuando andaba de parranda, sólo que ahora no tienen un padre a quién volver. Es una pena”. “¿Duda entonces que el PRSC pueda resurgir?”.

“Eso lo dirán las circunstancias. La corriente política que me sustentó se creía liquidada cuando me sacaron del país a principios de los sesenta. Igualmente después del ’78, mucha gente creyó que esa corriente estaba finiquitada. Pero ocho años después volvimos. La política es un carrusel, un tío-vivo. Los caballitos suben y bajan mientras la vida va dando vueltas, y nadie sabe dónde ni cómo terminarᅔ.

Hablando pausadamente, como recitando algo que ya sabía le preguntaría, siguió: “Sólo a un par de gallos locos puede ocurrírseles que prescindiendo de Morales Troncoso, los Peynado, Guaroa, Matos Berrido, Licelott, Eduardo Estrella, Johnny Jones, Alexandra Izquierdo, los Séliman, los Alsina, Rodríguez Pimentel, Salazar, y tantos otros que también son valiosos, pueden creer que ese partido existe. Cuando estaba yo había toda clase de gente, hasta gente que se disgustaba conmigo, como Gómez Bergés, Álvarez Bogaert, Peynado, Lora, Goico, pero cada uno aportaba algo en su momento. En política se suma, no se resta. Lo contrario es una imbecilidad”.

Le interrumpo, “doctor, ¡este sueño es repetido!” Ríe y dice “sí, repetir es bueno…”

Y siguió: “Gobernar es como domar fieras. Cualquier puede espantar a un gato grande, con fuego, bulla u otra argucia. Difícil es aprovecharlo. ¡Hasta Chato y Lockward sirven a la Patria!”. Quedé en el tío-vivo, sube que baja, dando vueltas…

Publicaciones Relacionadas

Más leídas